La lluvia es el camino

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Tenía el cuerpo completamente mojado y aún así vagaba por las calles de Londres. No me importó el frió ni la lluvia, solo quería caminar, quería pensar.

Siempre he odiado lo fácil que es para mi quebrarme y es algo en lo que he estado trabajando en los últimos años. Traté de no preocuparme por nadie y de restarle importancia a todos. He tenido presente en mi vida el pensamiento de hacer las cosas con la cabeza y no con el corazón. ¿Y saben algo? No estaba funcionando.

Llegar aquí despertó todos esos sentimientos que había guardado por tanto tiempo, todo lo que sintió por ese tonto chico volvió a aparecer de la nada. De pronto mi mente se llenó de todos los momentos que compartimos. La imagen de su rostro sacudía mi cabeza, constantemente pensaba en él. Esas sonrisas y la forma en la que miraba, todo eso apareció golpeándome por completo. Louis, Louis, ese nombre retumbaba en mi mente como un tambor.

"Jamás podría decirte adiós". Esas fueron sus palabras y yo, yo si lo hice. Me alejé de él, ni siquiera tuvo una despedida. Le dije que volvería y él dijo que todo estaría bien. Pero nada de eso pasó.

Sé que mi padre me amenazó y no pude contactar a Louis por eso, pero ¿valió la pena? ¿En serio me dejé manipular de esa forma ?.

Era una adolescente muy tonta, pero el miedo de que Louis perdiera sus sueños por culpa de mi padre me hizo tomar la decisión de alejarme por completo. Sin embargo, me hubiera gustado tomar riesgos, romper las reglas. Debí haber pensado en lo que le afectaría a Louis no tenerme cerca. Y a mi también me dolió. Porque verlo, Necesito que me mire de esa forma tan inexplicable, esa mirada que quería hacer sentir la persona más valiosa del mundo. Con él todo estaba bien, pero eso ya no existe y ahora Louis se ha convertido en el recuerdo más hermoso de mi adolescencia.

Debí haber cruzado alguna pista porque escuché a muchos autos tocar el claxon. Moví la cabeza para entrar en razón y me hallé en medio del tráfico. Caminé más rápido y por fin salí de ahí.

-En serio quería que estés ahí. Dije pensando en Louis y en su promesa de aquel puente.

Sentía el cuerpo pesado y era porque mi gran abrigo estaba tan mojado que podría llenar una cubeta al exprimirlo. Tiritaba de frío pero no tenía ganas de ir al hotel.

Entonces empecé a llorar, me sentí tan sola y no sabía que hacer. De pronto recordé a mi abuelo y la idea de que estábamos tan cerca ahora me llenó de calidez. Así que esta vez no me importó y reuní todo el valor que tenía, el valor que necesité para volver antes.

Me puse en marcha con dirección a la casa de mi abuelo, sentí la emoción recorriendo mi cuerpo, pero a la vez tenía miedo.

-Tu puedes hacerlo. Me dije a misma mientras llegaba a la calle donde se encontraban la casa.

Caminé un poco más y al fin la vi, estaba ahí después de tanto, quería llorar pero me contuve.

Me acerqué lentamente y ahora me resta frente frente frente a la puerta principal.

Respiré muy hondo y con las pocas fuerzas que me quedaban toqué el timbre.

Sentí mi corazón estallar al escuchar la cerradura de la puerta moverse, pero esa sensación se incrementó al oír una voz detrás de mi.

- ¿Disculpa, Quien eres tu ?. Preguntó aquella algo ronca, una voz que aunque pasaran cien años yo sabría a quien le pertenecía.

Yo me quedé helada y la puerta se abrió, pude ver la expresión de abuelo. Al parecer me había reconocido porque pequeñas lágrimas empezaron a caer por su rostro y con voz calmada pero triste decía: - Al fin estás aquí pequeña.

HOLA, ADIÓS / Louis PartridgeWhere stories live. Discover now