PROMESAS

2.7K 196 44
                                    


Ya había pasado una semana desde el baile y lastimosamente el viaje al hotel y la obra de teatro había sido cancelados por la nevada.

Así que oficialmente nuestra etapa escolar había terminado ese día.

En menos de dos semana Louis se iría y yo aún sentía que mi corazón no iba a soportar que no esté conmigo.

- Buenos días a todos. Dijo mi abuelo mientras bajaba las escaleras.

- ¿Está de buen humor señor Park? Dijo Louis sonriendo.

- Por supuesto, se acercan las fiestas y debemos celebrar a lo grande.

- Necesitaremos decorar la casa. Dije emocionada.

- Claro que sí y debemos empezar desde hoy.

- Si gusta, Margot y yo podemos ir por algunos adornos. Añadió Louis.

- Que conveniente. Dijo Fred quien estaba sentado en el Sofá.

Louis y yo lo miramos serios y él solo rió.

Mi abuelo, quien al parecer no se dio cuenta de nada, siguió hablando - Eso estaría genial, mientras más rápido, mejor. Dijo con alegría.

Y así fue, después del desayuno, ambos nos fuimos al centro comercial más cercano por algunos adornos Navideños.

- ¿Te gustan estos? Dijo Louis poniéndose una diadema de orejas de reno en la cabeza.

- Oh por dios que tierno eres. Dije estrujando sus mejillas.

- Tú también lo eres. Dijo con la voz haciendo su voz aguda.

Ambos reímos.

Estuvimos de aquí hasta allá, corriendo con un carrito de compras, llenándolo de todas las decoraciones que nos gustaban.

Nos abrazamos de rato en rato e incluso jugamos a las carreras con los carritos de compra. Realmente parecíamos niños.

Un rato más tarde salimos con grandes bolsas repletas y nos dispusimos  ir a casa.

- Vayamos primero al puente. Dijo Louis con brillo en los ojos.

- ¿Al puente? Pregunté algo confundida.

- Sí, donde empezó todo.

Yo le sonreí y tomamos un taxi hasta ese lugar, dejamos las pesados bolsas a un lado y nos quedamos mirando el atardecer sosteniéndonos en el barandal.

Este lugar se veía mucho mejor que aquella noche y yo también me veía mucho mejor que esa vez. El aire frío era infaltable y yo lo amaba.

- Prométeme que vendremos aquí cada año. Dijo Louis de repente.

- ¿Crees que duremos tanto?. Añadí riendo.

- Por supuesto que sí, yo me encargaré de eso. Dijo el mirándome con una sonrisa.

- Lo prometo, y tú prométeme que llamarás seguido cuando te vayas.

Louis me miró con ternura. - Lo haré, te llamaré día y noche, yo te diré hola y tu me dirás adiós.

- ¿Por que tengo que decirte adiós? Dije quejándome.

Louis dio un suspiro. -Por que yo no podría decírtelo jamás.

Entonces me paré de puntillas y planté un pequeño beso en su frente. - Yo tampoco podría decirte adiós. 


HOLA, ADIÓS / Louis PartridgeOù les histoires vivent. Découvrez maintenant