Capítulo X

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Narra Setsuna

-eeeehhh Macarena-¡ya cállate!- interrumpi a Moroha mientras hacia sus tonterías.

-aguafiestas- dijo Moroha, pero llevaba casi media hora bailando y cantando la Macarena y ya estába harta.

-solo pon tu trasero en una silla y cállate- le dije.

-alguien amaneció de mal humor- dijo Moroha.

-claro que estoy de mal humor y tus babosadas me ponen de peor humor así que cállate- le dije.

La verdad la razón de mi enojo era tan estupida que hacía que me enojara por enojarme por algo como esto, tenía un sentimiento de ira tan grande como el que no había tenido hace muchos años.

Estaba celosa.

Lo sé, era algo demasiado estupido, pero no podía evitarlo, mi vida se había basado en dos reglas básicas: perfección y control, pero según mi abuela yo nunca podría controlar todo a mi alrededor, y como si fueran palabras de profeta, no podía controlar mis emociones.

-maldito Willy Wonka- dije en un susurro tratando de controlar mi enojo.

-ya cálmate deberías estar feliz- dijo Moroha.

-¿cómo quieres que este feliz si me están quitando a mi hermana?- le pregunté con la ira saliendo por cada poro de mi piel.

-Towa tiene todo el derecho de salir con un chico- dijo Moroha.

-¿y tenía que elegir al tipo con el peinado de lord Farquaad?- le pregunté.

-Riku es un buen tipo, además piensa en la felicidad de Towa- dijo Moroha.

-mas le vale a Edna Moda no pasarse de listo con mi hermana, a menos de que quiero estrellar su cara contra mi puño- dije con la voz más amenazante del mundo.

Moroha estaba a punto de contestar cuando Towa entró a la sala, yo me levanté como si el sillón estuviera en llamas, corrí hasta ella y la tomé de los brazos.

-¡¿dime que te hizo?¿te toco?¿Te propuso algo indecoroso? Dime y en este preciso momento lo alcanzo para partirle la cara!- le exigí, empecé a verla de pies a cabeza, nada parecía fuera de lo normal, pero vi algo que hizo que mi corazón se detuviera por un momento para luego empezar a bombear sangre de ira.

Juro que mataré a esa imitación de Dora la exploradora

Mi pequeña, dulce e inocente hermana tenía los labios rojos y podía notar perfectamente la marca de dientes en su labio inferior, ese maldito de Riku había besado a mi hermana, yo me encargaría de que ese degenerado no volviera a ver la luz del día.

-n-no...no me hizo nada- me dijo, yo inmediatamente vi la mentira en sus ojos.

-voy a matarlo- le dije, me dirigí a la puerta, pero Towa me abrazó.

-¡no me hizo nada, enserio!- me dijo Towa.

-¡mentirosa, ese desgraciado se atrevió a compartir su asquerosa saliva contigo, juro que lo encontraré y lo descuartizare con mis propias manos!- dije tratando de que me soltara.

Competencia de amorWhere stories live. Discover now