Capítulo VIII

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Narra Setsuna

Era sábado y estábamos en el templo Higurashi teniendo una deliciosa comida, la verdad éramos personas reconocidas por tener una alimentación pesada, pero algo a nuestro favor era las largas rutinas de ejercicio, y entre nuestros principales gustos de comida estaba la carne asada, más específicamente la carne para hamburguesas, pocas veces comíamos comida en la calle, casi siempre comíamos comida echa en casa, y si había algo que amábamos (aparte del pollo frito) eran las hotburguesas, esas que estaban hechas de carne para hamburguesas en forma de salchicha, de echo si tuviéramos un enlistado de nuestra comida favorita en el puesto número 1 estaría el pollo frito de mi mamá, luego las hotburguesas, y después estaría la pizza de la tia Kagome, bueno eso solo en el rango de nuestras madres, porque la comida de mi abuela y de las abuelas de Moroha superaban cualquier clase de expectativas respecto a la comida, pero yo no vine a contar sobre la deliciosa comida que prepara mi familia, y tampoco vine a hablar de como Moroha tenía un cuerpo tan pequeño, pero al mismo tiempo comerse 2 hotburguesas, 10 tacos y aún tener hambre.

-¡oye eso era mío!- dijo Towa cuando Moroha se empezó a beber la última lata de Sprite que Towa había estado guardando.

-tú te comiste mi hotburguesa y no te dije nada- le contestó.

-mentirosa te estuviste quejando como una hora- le dijo Towa antes de comerse su octavo taco campechano, Towa estaba a 4 tacos de alcanzar a Moroha.

-ya callense y dejen comer- les dije.

Tenía que admitirlo, yo estaba estresada, pasar todas las tardes en casa de Hisui era horrible, me di cuenta de que Hisui no era tonto, simplemente se hacía el tonto para seguirle agrandando a sus amigos tontos, además no se necesitaba ser un genio para darse cuenta de que lo único que Hisui buscaba era molestarme. Por ejemplo hace una semana Akiko nos había "acompañado" en las clases de Hisui, pero en realidad solo lo había estado distrayendo, luego cuando me estaba llendo a mi casa Akiko me había lanzado un extraño licuado desde la ventana del coche de Hisui, y lo peor es que habían ensuciado mi amada mochila, sin embargo eso no se había quedado así, adivinen quien tuvo que cortarse su rubia cabellera, desde entonces la guerra de venganza se había detenido.

Cada día la panza de mi madre crecía poco a poco, sin embargo los cambios de humor que había empezado a tener eran completamente inesperados, yo solo podía decir que mi padre había estado durmiendo en el cuarto de invitados desde hace días, yo solo podía esperar a que todo pasara para poder volver a mi vida medianamente tranquila.

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-¡FUERA DE AQUÍ NO TE QUIERO VER, IDIOTA!- grito mi madre, sus gritos se escuchan hasta nuestras recámaras, últimamente mis padres discutían mucho, pero siempre era por tonterías, por ejemplo ayer mi madre había tratado de ponerse una pijama, pero no le quedo, entonces mi padre dijo "necesitas ropa más grande" y mi madre explotó, y hoy mi madre había dicho "estoy gorda" y mi padre no la contradijo, pero tienen que entender, mi padre era alguien con poco tacto y mi madre era muy sensible.

Lo peor es que el problema no eran las discusiones tontas, el problema eran las reconciliaciones con exceso de prácticas para adultos, todas sus peleas eran en la noche, pero en la madrugada mi madre hiba hasta el cuarto de invitados para "reconciliarse" con mi padre, mi abuela, Towa y yo habíamos estado durmiendo en la sala todas las madrugadas, era horrible despertarse con el ruido de tus padres haciendo bebés.

-Setsuna ¿quieres venir a dormir de una vez o vas a venir en la madrugada?- me pregunto mi abuela.

-no, ya voy- le dije, agarré mi almohada y me dirigí a la sala, Towa ya estaba ahí con ese maldito oso Polar de peluche, yo odio ese peluche, pero era el peluche o morir asfixiada por Towa.

Competencia de amorWhere stories live. Discover now