capítulo III

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Narra Setsuna

La noticia de el nuevo bebé había traído mucha felicidad, en un principio la posibilidad de un hermanito era imposible, pero ahora estábamos aquí en una tienda de bebés escogiendo ropa para el bebé, el doctor le había dicho a mi madre que debía tener reposo absoluto, a pesar de apenas tener 37 años su embarazo con nosotras había sido difícil y había dejado precuelas, esa era una de las razones por las que en un principio habían acordado no tener más hijos, sin embargo después de casi 15 años por fin habían tomado la decisión de otro hijo, nosotras nos habíamos ofrecido a encargarnos de las cosas de el bebé y mi madre había aceptado.

Towa estaba muy emocionada, tomaba y tomaba cosas para mostrarmelas, yo solo asentía o negaba con la cabeza, mi madre había dicho que ella quería hacer el primer trajesito y su primera cobijita, mi madre era muy buena tejedora y también era muy buena en las manualidades, y después de todo no tenía permiso de hacer nada más, no sabíamos que hiba a ser, por eso buscábamos ropita de color blanco y amarillo, Towa y yo habíamos echo una apuesta, ella dijo que sería niña y yo dije que sería niño, el castigo para la perdedora sería decidido el día del nacimiento.

Salimos de la tienda con unas 10 bolsas grandes llenas de cosa para él bebé, la verdad no me interesaba mucho lo del bebé, yo solamente quería tener más libertad, muchos hermanos mayores se quejan de que sus padres le ponen más atención a sus hermanos menores, pero aveces tanta atención sofocaba, cuando era pequeña esa atención era maravillosa, pero cuando crecí toda esa atención se volvió en sobreprotección, mis padre empezaron a cuidarnos tanto, yo solo quería resolver mis problemas a mi manera sin que ellos interfieran.

Llegamos a nuestra casa, dejamos las bolsas en el que sería el futuro cuarto del bebé, salimos al pasillo cuando vimos a mi madre salir de su cuarto.

-mami ¿qué haces fuera de la cama?-dijo Towa mientras se acercaba a ella.

-tengo sed voy por un vaso de agua a la cocina- nos dijo.

-regresa a la cama, yo iré por el agua- le dije, fui hasta la cocina, tomé una jarra y la llené de agua, puse la jarra y un vaso en una charola y la subí al cuarto de mis padres, de esta manera mi madre ya no tendría que levantarse de la cama.

-Towa, Setsuna necesito que me hagan un favor- dijo mi madre.

-claro dinos para que nos necesitas- dijo Towa.

-necesito que le echen un ojo a las cosa que están en el ático- nos dijo -yo lo haría, pero su padre no quiere que suba, ¿podrían hacerlo por mí?- nos dijo poniendo su mirada de cachorro, esa mirada era la debilidad de esta familia, y aunque hubiéramos querido decir que no, esa mirada nos habría convencido.

-esta bien- dijimos al mismo tiempo, caminamos por el pasillo hasta llegar a la escalera despegable, subimos y llegamos al ático.

Los áticos normalmente son oscuros, con mucho polvo, telarañas y cosas inservibles, sin embargo mi madre solía decirle a las empleadas de limpieza que limpiarán y sacudieron nuestro ático, todo estaba Guardado en cajas y todas las cajas tenían etiquetas donde venía el nombre del propietario de las cosas que traía dentro, sorprendentemente encontramos muy pocas cajas de nuestros padres, les quitamos el polvo y las pusimos juntas en un rincón, todo lo demás eran cajas y baúles con cosas nuestras, juntas eran 3 baúles grandes, 4 baúles pequeños y 10 cajas medianas

Primero abrimos uno de los baúles grandes, en su interior había cajas de colores, cada una tenía el nombre de quien era, habríamos dos de las más grandes, dentro había una muda de ropa de bebé, había un par zapatitos, una cobijita con mi inicial en una orilla, y un pequeño cobertor, en la caja de Towa venia lo mismo, la diferencia era que lo de mi caja era color morado y lila, mientras que la de ella eran color azul y turquesa, las volvimos a guardar con cuidado en su caja y sacamos otra dos. A diferencia de las anteriores que eran abultadas por las cobijas y el cobertor, está caja tenia pequeños conjuntos de ropa para bebés, había un vestido con estrellitas y zapatitos plateados de hebilla, también había un conjunto echo a mano de color lila, había más cobijitas, había una de color blanco con conejitos grises, había otra tejida a mano de color magenta, había una chaquetita de color Violeta con mi nombre bordado del lado izquierdo.
Saque otra caja que contenía chupones, mamilas, prendedores etc. Saque una caja que tenía un móvil de bebé a crochet con un pingüino, un búho, una golondrina, una luna y unas estrellas, después saque otra caja pequeña que tenía fotografías de cuando era bebé, ahora que lo pensaba no había muchas fotografías en casa (solo algunos cuadros familiares grandes, unos cuantas fotografías de cumpleaños y unos pocos álbumes), sin embargo aquí había cientos de fotografías, en casi todas aparecían sola, durmiendo, comiendo, jugando, en otras estaba con mis padres y en algunas estaba con mi padre, pero solo había una con mi madre, saque otra caja dentro había muchas sobres, ninguno estaba sellado y podía reconocer la letra impecable de mi padre, no quería leerlas todas, por lo cual la volví a poner en su caja y la aparte para llevarmela cuando bajara.

Abrimos otro de los baúles, dentro había cientos de juguetes, muñecas de trapo, muñecas de plástico y había dos en especial echas de porcelana que reconocí de inmediato, eran nuestro juguete favorito de cuando teníamos ente 4 y 6 años, también había figuras talladas en madera, había varios peluches que reconocí de inmediato, como el señor pingüino, o el señor búho, Teddy el oso. Había temaris que mi madre había echo para nosotras, las hacia mucho cuando éramos pequeñas, pero cuando empezamos a crecer perdimos el interés en ellas y ahora mi madre las hacía dos veces al año en navidad y en año nuevo. Había juegos de té, cochecitos (casi todos eran de Towa). Towa no era muy diferente muñecas, ella tenía más peluche que yo, como la señora foca, el señor y la señora tortuga, los pequeños peluches de peces, nunca entenderé la fascinación de Towa por el mar.

Seguimos con el último baúl grande, al abrirlo vimos varias cajas que reconocimos de inmediato, desde que tengo memoria todos los años yo y mi hermana colecciónabamos distintas cosas sobre una cosa en específico, por ejemplo, cuando teníamos 5 años habíamos prometido que todos los días cortariamos una hoja de cualquier planta y para el final del año teníamos un álbum con 365 hojas, esos álbumes estaban aquí, y de esa forma teníamos 10 diferentes colecciones, teníamos una de figuritas de origami, también había una donde habíamos escrito nuestros deseos en tiras de papel (como las que se utilizan el Tanabata), las últimas cuatro habían sido colecciones de animales, en mi caso el pingüino, el oso panda, el búho y la golondrina, estas hiban desde fotografías sacada de internet, llaveros, dibujos, estampitas, imágenes de libros de animales, etc. El de este año había sido un poco más profundo, todos los días nos tomábamos una foto y luego la imprimimos y la guardamos en una caja, era una costumbre de hermanas.

En los baúles pequeños solo habían fotografías de cuando éramos pequeñas, moños y lazos que mi madre solía ponernos cuando éramos pequeñas, dibujos hechos por nosotras, había álbumes con fotos de nuestros cumpleaños, recuerdos de las fiestas que nuestros padres hacían para nuestro cumpleaños etc. En las cajas habia figuritas de porcelana de hadas, unicornios, princesas, incluso habia cajitas musicales, las cosa estaban muy ordenadas, esperé un poco más a Towa para que terminara de revisar sus cosas hasta que por fin terminó, volvimos a bajar, ella se fue a su cuarto con un montón de cosas bajadas del ático, yo empecé a leer las cartas, todas contaban anécdotas vívidas conmigo, todas las cartas habían sido escritas por mi padre, tenía un ese toque serio y formal que lo caracterizaba, llegué hasta un sobre que llamo mi atención, a comparación de los otros este estaba sellado, lo abrí con cuidado y empecé a leerlo.

Querida hija, han pasado 2 meses desde su nacimiento, han traído nueva luz a nuestra vida, yo nunca he sido bueno expresando sentimientos, creo que de no haber sido por tu madre seguiría en esa soledad en la que he vivido siempre, desde que mis padres se separaron, aprendí a no demostrar mis sentimientos y ahora soy feliz con tu madre y con ustedes, se que nunca podré olvidar el pasado, pero ahora tengo a alguien que proteger y nunca permitiré que sufras mientras yo tenga vida, cada vez que te veo siento ganas de encerrarte en un campo de fuerza para que nada pueda herirte, nunca dudes de lo mucho que yo y tu madre te amamos, tu y tu hermana son y serán mi mayores motivaciones en la vida.
Con amor papá

Yo siempre había sabido que mi padre nos amaba, yo sabía que él no era bueno expresando sus sentimientos, pero yo tampoco había sido una persona fácil de acceder, yo quería tener una buena relación con mi padre, mi padre había sufrido mucho con la separación de sus padres y sabía que no era fácil para él convivir con mi tío Inuyasha, la muerte de el abuelo no había mejorado la situación y mucho menos haber tenido que cuidar de sí mismo tan joven, estuve toda la tarde pensando en lo mismo hasta que mi padre llegó.

-buenas noches padre- le dije cuando él se sentó en la sala.

-buenas noches Setsuna- me devolvió el saludo.

-solo quería decirte que...que...- la verdad yo tampoco era muy buena expresando mis sentimientos.

-¿ocurre algo malo?- me pregunto.

-no, es solo que...quería decirte que...te quiero mucho- le dije y luego me acerqué a abrazarlo, él correspondió mi abrazo.

-yo también- me dijo, pude escuchar los chillidos de emoción a mi espalda, sabía que mi madre y mi hermana estaban felices de que por primera vez en mucho tiempo expresaramos nuestros sentimientos, este era el amor que tanto necesitaba.

Competencia de amorWhere stories live. Discover now