Capítulo 22

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Al salir del edificio de asuntos legales y familiares de Seúl, Jungkook pasó caminando con Taehyung casi prácticamente jalándolo por su mano.

— ¿Tienes hambre? — preguntó el omega.

Eran cerca de las dos de la tarde y ambos no habían comido nada desde el desayuno. Jungkook ya se sentía un poco hambriento, así que dedujo que Taehyung se encontraba de la misma manera.

El omega se volvió hacia el alfa para mirarlo; tenía la cabeza gacha con su cabello cayéndole por enfrente, lentamente negó.

— ¿Quieres ir a casa? — negó de nuevo — ¿Por qué no?

— No... — apenas podía hablar — Cachorros. No están... los cachorros.

El corazón de Jungkook se sintió chiquito.

— Bueno, entonces ¿A dónde quieres ir? — soltó su mano y dio pequeños pasitos hasta estar frente al alfa.


Tu papi ha sido un mal padre y no nos ha permitido verte.

A tu gran casa

¿No quieres volver ahí?

Lo mejor somos nosotros, claro está


Las palabras dichos por el señor Jung se repetían una y mil veces en la mente del alfa, atormentándolo. Al estar tan absorto en sus pensamientos, escuchaba la voz del omega muy lejana, como un eco.

La sensación que tuvo por un momento de perder a sus hijos se metió muy dentro de él, haciéndole rabiar.

— ¿Taehyung? — preguntó Jungkook confundido.

La temperatura del alfa empezó a aumentar considerablemente, sus colmillos crecieron en menos de un minuto, soltando grandes cantidades de saliva.

— ¡Taehyung! — exclamó el omega, en un intento de detenerlo. Pero ya era demasiado tarde.

El alfa se transformó en su forma animal. Un lobo blanco con gris, de enormes ojos azules; bien su tamaño podría alcanzar los dos metros y medio si se encontraba bien erguido, pero su posición de ahora era huraña y encorvada. Su traje y zapatos quedaron completamente destrozados.

Jungkook se alarmó y empezó a rejuntar todos los pedazos de ropa y cuero y las metió rápidamente a la maleta de los niños.

— No creo que tu teléfono sirva después de esto — el omega miró el aparato tirado en el asfalto. Lo tomó entre sus manos, y en efecto, la pantalla se encontraba completamente estrellada debido al impacto que tuvo.

Cuando Jungkook terminó de recoger todos los pedazos de tela, prestó atención a su entorno; varias personas les miraban extrañados; el omega sintió quedarse sin aire.

Papá necesita un omegaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora