2- Si usted quiere jugar Lena Luthor, jugaremos

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KARA

-Kara: ¡CLARK! Te preparé el desay- no pude terminar la frase porque vi que mi primo traía sangre en la cara y en la camisa - ¿Qué ha pasado? - me asusté. Me giré hacia la casa - ¡Tía Martha, trae el botiquín! Después ayudé a Clark a entrar en casa - Siéntate... - le dije - ¡Tía, date prisa! - le pedí nerviosa

-Martha: Aquí tienes cielo - me acercó el botiquín y empecé a rebuscar para dar con el alcohol para desinfectar las heridas y unas vendas

-Kara: Clark ¿qué ha pasado? - le pregunté mientras empezaba a limpiarle la sangre de la cara

-Clark: Fui al centro a hacer unos recados y me encontré a Oliver saliendo del bar. Había estado bebiendo y se me encaró. Empezó a decirme que su familia necesitaba ese acuerdo con Luthor Farms, que sino acabarían arruinados. Yo traté de decirle que buscaríamos una solución pero empezó a gritarme cada vez más enfadado

-Kara: ¿Y... qué más pasó? - quería saber más

-Clark: Estaba fuera de sí. Empezó a empujarme con fuerza. Yo le pedí que parase, que estábamos tratando de solucionarlo. Pero él no escuchaba lo que yo le decía y se puso violento

-Martha: ¿Él te pegó? - interrumpió mi tía

-Clark: Sí - contestó Clark mientras yo le desinfectaba la herida

-Kara: Tuvo que doler, te rompió la ceja - dije mientras le ponía unos puntos de aproximación - No necesitarás ir al hospital, la herida cerrará sola

-Clark: Sí... aunque sí te digo la verdad me dolió más el orgullo. Por la amistad que tengo con él desde que éramos unos críos- me contestó con tono apagado

Sabía cómo se sentía mi primo, Oliver y él eran amigos desde siempre. Los ánimos estaban muy caldeados, pero no tenía derecho a pagar su frustración con él.

Al menos me alegré al descubrir que sus heridas no eran tan graves como me pareció al principio. Cuando le vi llegar a casa traía mucha sangre y eso me asustó.

En ese momento mi primo cogió su taza, tomó un sorbo de café y puso la cara de asco de siempre. Eso me hizo reír mucho. Clark me miró y me devolvió la sonrisa.

Cuando terminamos de desayunar, ayudamos a mi tía a recoger. Cómo siempre en nuestra rutina de los fines de semana mi primo lavaba y yo me encargaba de secar.

-Clark: ¿Y qué te apetece hacer hoy? - Me dijo cuando terminamos - No quiero que este incidente estropee un día tan bonito. ¿Qué te parece sí vamos al establo? - me dijo sonriendo

-Kara: ¡Claro!

Clark sabía que pasar tiempo con los caballos me hacía sentir bien. Paseamos hasta llegar al establo y una vez allí me detuve para mirar el cielo, estaba despejado y hacia una temperatura agradable.

Mi primo tenía razón, no podíamos permitir que un incidente estropease este bonito día.

En la granja teníamos tres caballos.

Uno era completamente negro y es el que solía montar Clark. Se llamaba West y era muy alto y robusto.

Luego teníamos a Comet, un poco más pequeño, perfecto para mí. Marrón con calcetines blancos.

Y por último un precioso caballo gris con la crin y la cola negra que decidimos llamar Wild porque ninguno lo montábamos.

Cuando éramos más jóvenes mi primo lo intentó en varias ocasiones pero nunca consiguió domarlo. A pesar de eso era muy cariñoso.

Cambio de aires (AU)Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα