Capítulo 19: Entre delirios febriles

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Me sentía mal por no haberlo pensado antes, aunque el que yo estuviese al pendiente o no, no haría ningún cambio en lo absoluto.

Cuando amaneció, el malestar de Charly se hizo más evidente: tosía y estornudaba, mientras su rostro lucía un sonrojo febril y una expresión de cansancio

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Cuando amaneció, el malestar de Charly se hizo más evidente: tosía y estornudaba, mientras su rostro lucía un sonrojo febril y una expresión de cansancio. Aun así, despertó dispuesto a cambiarse de ropa e iniciar el día como si no sucediera nada. Ya dije que amo la capacidad que él tenía para ocultar su vulnerabilidad, pero también era algo que me fastidiaba, pues se exponía a riesgos innecesarios y no me permitía saber si podría ayudarle o no.

—Deberías quedarte en cama, te ves mal —mencioné. Había olvidado las asperezas del día anterior, más bien las había desechado todas durante el resto de la madrugada. Ya no eran relevantes para mí; lo importante ahora era su salud.

—No es nada —susurró, aunque esta expresión no tardó en sufrir un ataque de tos.

—¿Qué te pasó? —le preguntó Tony, uniéndose a nuestro remedo de conversación.

Su litera estaba junto a la de nosotros. Se suponía que Archie era su compañero, pero luego del incidente del mono, Paige y las demás decidieron que lo mejor era separarlos para evitar caos.

—Voy a expulsar mis pulmones por la boca como castigo por burlarme de la historia del chico asesinado del bosque —vaciló Charly después de que su ataque paró.

Fruncí los labios. Acabé de colocarme la chaqueta y me acerqué a donde mis dos amigos estaban charlando; no quería sentirme del todo excluido y menos dejar de estar al pendiente del asunto.

—Quiero grabar ese momento —expresó con animosidad el pelirrojo. Sacó su teléfono del bolsillo e hizo pose de paparazzi.

—Deja de estar jodiendo y mejor dile a Paige o a alguna maestra que no te sientes bien —dije con seriedad. Por primera vez tomaba el papel del responsable y aguafiestas del grupo.

—Mejor tú deja el drama, Joshua. —Charly se tumbó sobre mi cama y me miró con un aire retador, aunque su intento se vio interrumpido por un violento estornudo.

—Hablando en serio, creo que el neurótico de Joshua tiene razón —agregó Tony tras incorporarse—; no quiero que después haya una epidemia de tus virus en todo el campamento.

Charly puso los ojos en blanco y luego los cerró. Lo conocía lo suficiente como para saber que era su manera de darme la razón, aunque no me había absuelto de mis culpas del todo.

Quedamos en que Tony iría en busca de Paige o alguna educadora, porque, por más que el día anterior casi había provocado un problema, yo seguía siendo el indeseado de la institución.

En lo que el pelirrojo llegaba con alguna autoridad, me quedé sentado en el suelo de madera, pensando en qué decirle a Charly o cómo iniciar una conversación que por fin aclarara la situación de mis errores. Me cuestioné a mí mismo si la cagaría mucho de comentarle sobre la nota.

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