"Yo desnuda con un tigre"

Eran ideas para el dibujo.

Me subí sobre la cama y tomé otro al mismo tiempo que pegaba el anterior.

"Mi trasero como montañas con rayos del sol saliendo de mi ano"

Rio tomando otro, y otro, y otro, la mayoría eran idioteces, aunque algunos se veían muy calientes en mi cabeza. La imaginaba escribiendo estas notas con una sonrisa maliciosa, saltando en la cama hasta pegarlos en el techo e incluso la imaginaba recostada sobre las sabanas pensando en cual sería mejor, si rayos de sol saliendo de su ano, o ella con alas de ángel y una aureola en su cabeza.

Todo era risa mientras los leía. Hasta que llegue a la nota del medio. La tome pensando en qué otra tontería escribiría ahora, pero simplemente me congele cuando la leí.

No era obscena ni ridícula cómo la mayoría, tampoco demasiado exagerada. La imagen que vi mientras me recostaba al medio de la cama, me gustaba. Los colores, los trazos, los tamaños, si... ese era el dibujo perfecto.

Esas veces que me pidió que pensara en algo, siempre pensé en algo parecido al dibujo en el Penthouse, pero solo era la réplica, y no una réplica buena. Pero leyendo ese papel me di cuenta que nunca fue mi deber buscar el dibujo del techo.

Sin importar lo qué significara este departamento para nosotros, era su dibujo, su mente representando su guerra interna en el mundo físico.

Cerré los ojos imaginándolo, y se me hacía maravilloso.

No pude evitar pensar en una versión de la rubia más joven, la cual hizo lo mismo con el techo del Penthouse, y un día, encontró el dibujo correcto. ¿Cómo lo hizo? ¿Pensó en distintos escenarios y al no decidirse los mezclo todos? ¿O siempre fue su intención la historia detrás de los colores?

Las palabras que me dijo hace dos días atrás vienen a mi mente.

"No fuiste un juego para mí."

🚬🚬🚬🚬

Murmullos.

Escucho murmullos, no los de una conversación, sino los de una sola persona. No logro identificarla y no le doy importancia volviendo a dormir.

— No entiendo cómo haces para verte tan bien, sucio y dormido, hijo de tu gran puta madre.

La reconozco y mantengo mis ojos cerrados para escuchar que otro insulto tiene para mi persona. Sus pasos son suaves sobre el suelo alfombrado y la cama se hunde a mi lado.

Se mantiene en silencio y me mantengo en mi papel más fácilmente de lo que esperaba.

»— Te he extrañado tanto, mi príncipe azul. — Susurra y siento sus dedos tibios quitar los mechones sobre mi frente. Se recuesta, lo noto porque su muslo choca suavemente con mi pierna y luego siento su cabeza sobre mi hombro presionada ligeramente, sin intención alguna de despertarme.

»— Estas semanas... me ha hecho falta tu buena polla. 

Ruedo los ojos mentalmente y ella ríe de forma baja antes de acariciar el dorso de mi mano y tomar mi pulgar entre sus dedos.

»— Y tu psicólogo interior, y tu versión de príncipe azul, tu versión de oso gigante cariñoso... ha sido tan difícil mantenerme alejada de ti, incluso estando todo este tiempo fuera de San Francisco. Te veo en todas partes, te escucho en todas partes... es tan raro.

»— Y entendible. Es cómo los primeros meses lejos de la cocaína, al mínimo descuido volvía a pensarte y me lo permitía, porque está necesidad que tengo por ti es tan jodidamente enorme...

Buscando el Paraiso (+21)Where stories live. Discover now