• LOBO NEGRO • 》Jeon JungKook y Tú《 *EN EDICIÓN

• XXVIII •

JungKook solo miraba de aquí a allá, y como en la comida, no parecía tan atentó a la conversación. Parecía divagar en su mente a pesar de asentir a lo que los demás hablábamos, como si estuviera físicamente pero no mental.

Dejé caer mi cabeza en su brazo que estaba sobre el respaldo de el sofá donde estábamos, podía sentir ese sentimiento extraño nuevamente en él, casi emanaba a su alrededor. Podía incluso comenzar a salir humo desde su cabeza de tanto que estaba haciendo girar su engranaje sin parar, pero no iba a interrumpirle el hilo de pensamientos tampoco, lo había hecho en el transcurso de la comida y como respuesta había recibido lo que sentí como una vil mentira. Ya hablaría con JungKook a solas, por el momento le dejaría quemar cerebro.

Lo siguiente que captó mi atención, fue a YoonGi recibiendo el celular de YuGyeom, en el cual aparentemente tecleaba su número, por los sonidos que hacía el móvil al tocar la pantalla, y después fue entregado a NamJoon para que también tecleara los números de su celular y agendar cuando había terminado.

Le tendió el móvil a YuGyeom quien lo recibió con una ligera sonrisa y seguido a esto lo guardo en su sudadera.

—¿Estas seguro que no quieres quedarte un tiempo?— YoonGi se levantó de su lugar, casi al mismo tiempo que los otros dos para lo que parecía una despedida.

Me levanté en seguida, cuando comenzaron a caminar en dirección a la entrada de la casa.

—Estoy muy agradecido con ustedes, en serio que me han ayudado demasiado. Pero así es suficiente, aparte, ya falté a clases y necesito ponerme al corriente.— agradece, con pequeñas reverencias cuando están en la puerta y entonces voltea a verme. —Gracias por dejarme quedar estos días, _______ noona.— hace una reverencia corta de cabeza y sacudo su cabello con mi mano deteniendo la acción de el menor.

Este chico sí que era realmente tierno.

—De cualquier modo, si necesitas salir un rato de tu casa, o salir definitivamente, tiene las puertas abiertas aquí.— dije, uniéndome a la despedida, recibiendo un "gracias" por parte de él alto chico.

—Te llevaré a tu casa entonces, mocoso.— el sonido de las llaves de el auto fue emitido gracias a YoonGi, quien las había tomado de su lugar junto con una chaqueta que colgaba de el perchero. —Regreso en un rato.— avisa llevando su cuerpo fuera de la casa.

—¡Oh, oh!— antes de que Min pudiera siquiera cerrar la puerta para irse, llamo su atención para después juntar mis manos en forma de súplica. —¿Unos lienzos?— mi puchero ridículamente infantil, hicieron rodar los ojos de YoonGi acompañado de una pequeña sonrisa y un asentimiento. —Y una nieve de chocolate y vainilla.— finalice, para que la puerta por fin cerrara totalmente.

Ahora sí que estaba contenta.

Me giré en mi lugar haciendo un pequeño baile disimulado de victoria para caminar escalera arriba, seguida de el cuerpo grande de Jeon sin emitir sonido alguno, pero cerrando la puerta detrás de él una vez estuvimos en la habitación.

Miré como se sentó en la cama, pensativo como la mierda. Me estaba poniendo de los nervios si no dejaba de pensar un momento.

De cualquier forma, le resté importancia cuando recordé que aún no terminaba mi trabajo, por lo que en menos de dos segundos ya me estaba acomodando en la silla frente al escritorio para seguir el boceto. Boceto que estaba decidida a terminar por lo menos sin color para el final de el día de hoy – aunque ya pasarán de las 9 –, para mañana por la mañana terminar en colores y tener el resto de los 4 días totalmente libres. Sería lo mejor para mi estrés, ya saben, reducir el trabajo.

Así habían transcurrido tal vez unos pocos minutos, hasta que sentí que el silencio se estaba volviendo un poco triste y pesimista. Sin meditarlo demasiado, y agradecida con cargar con un pequeño altavoces portátil, me dirigí a encenderla y dejar que la música que reproducía a través de mi móvil y comenzara a sonar de manera suave y relajada. Fue entonces que miré a Jeon acostado boca arriba, con las manos tamborileando en su estómago, y aunque parecía no estar decaído esta vez, parecía seguir pensando a profundidad.