Un capullo integral

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-Venga Clara que llegamos tarde al aeropuerto-Dijo mi madre mientras salíamos de casa.

Llegué al coche, mi madre me ayudó a subir la maleta, en ella había metido, lo que más iba a utilizar, ropa casual, nada muy arreglado, no tenía pensado salir mucho de casa la verdad.

-Bueno, estás preparada para esta aventura.

-Si a aventura lo llamas tú ir obligada lejos de tu casa, no.

-No seas tan pesimista ya verás que bien te lo pasas.

-Si tú lo dices, mamá.

-Cuando se acaben los tres meses no querrás volver, hazme caso.

No le respondí, llevaba toda la mañana igual, intentando convencerme de que era una buena idea. Después de estar dos horas en el aeropuerto esperando al avión llegó el momento de despedirme de mi madre. Empezó a llorar y abrazarme como si me fuera de allí para siempre hasta que dieron el último aviso de mi vuelo.

-Mamá me tengo que ir o perderé el avión.

-No espera un poco más que no te veré en mucho tiempo.

-Mamá solo son tres meses, además la idea fue tuya.

-Está bien-Dijo separándose de mí.

-Espero que te lo pases bien hija y llámame todos los días.

-Sí mamá no te preocupes.

-Adiós, Clara.

-Adiós, mamá.

Le di un último beso en la mejilla y empecé a caminar hacia la puerta de embarque.

                                                                    ***

Me había tocado un asiento al lado de la ventana, lo agradecía, no me gustaban los lugares con mucha gente y ese vuelo en especial estaba lleno. No había nadie a mi lado solo un asiento vacío, hasta que un chico apareció, un chico bastante mal educado por cierto, por su culpa retrasaron el vuelo 20 minutos porque llegaba tarde, tendrá que ser alguien importante para que hagan esa excepción. Tendría unos 18 años mínimo, cuerpo fuerte y definido, aunque no podía verlo del todo bien, iba con una chaqueta negra, que tenía pinta de ser muy cara. Luego mis ojos pasaron a su rostro que parecía esculpido por los dioses, dios sí que era guapo, ojos verdes esmeralda y pelo entre rizado y ondulado. Mientras venía hacia mi iba coqueteando con la azafata la cual no se quejaba, no me extraña yo tampoco lo haría. Cuando llegó a estar justo enfrente de mí se giró y posó sus ojos en mí, nos miramos durante unos segundos y después aparte la mirada, noté que me observaba de arriba a abajo varias veces y por fin decidió sentarse. La verdad es que estaba muy incómoda y no quería volver a tener eses contacto visual tan extraño en todo el trayecto.

                                                                  ***

Después de media hora sin decir una palabra, yo seguía leyendo mi libro y él seguía con el móvil, no sé qué estaría haciendo, pero se le veía muy concentrado en su tarea. De repente se giró hacia mí y noté como clavaba su mirada en mi rostro, siguió así durante unos minutos pero ya no lo aguantaba más. Me giré hacia él y le miré fijamente a los ojos, creo que se dio cuenta de mi enfado porque se puso tenso.

-Quieres una foto?

-Si es de ti desnuda sí- Lo dijo con una soltura que me cabreó aún más.

-Gilipollas.

-Te he escuchado.

-Era mi intención.

Se notaba que no era español tenía un acento extraño pero que lo hacía aún más sexi. Estuvimos todo el vuelo sin dirigirnos la palabra hasta que aterrizamos. Cuando me levanté y fui a coger mi maleta escuché una voz al lado de mi oreja.

-Sigo esperando mi foto.

En ese momento mi cerebro no reaccionaba, como podía ser tan descarado, se iba a enterar de quién soy yo, pero cuando me di la vuelta ya no estaba.

-Mierda- Dije en un susurro.

Cuando Salí del aeropuerto me monté en mi taxi y fui directa a casa de mi futura familia durante unos meses.

LA CHICA DE HIELOWhere stories live. Discover now