Capítulo 7.

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Al día siguiente me la pasé evitando a Sissy. No estaba segura de contarle las novedades. Ella sabía de Jasper y conocía muy bien el rencor que le tenía por lo que me había hecho. Rencor que seguía latente pero que dejé un momento de lado para que me llevara frente a La Orden. Se me erizaban los vellos de la nuca cuando recordaba la mirada del Supremo. Más allá de haberlo sorprendido por la fuerza de mí poder no dejaba de ser intimidante.

-Hazel, se te hace tarde para ir a clases.- anunció mi tía desde la planta baja.

En algún momento debía decirle, para que no se preocupara por mí y porque tarde o temprano sabrían de ella y debía protegerla de sus instintos. Yo le tenía cariño y por eso nunca cruzó por mi cabeza la idea de atacarla pero ellos no durarían en desgarrar su garganta para saciarse.

-¿Todo en orden?- preguntó al encontrarnos casi en la entrada de la casa.

-Sí, solo sigo pensando en el dolor de cabeza de ayer.

-Yo también, fue muy extraño ¿hiciste algo fuera de lo común con ese chico?

Sí, lo besé. Fue un pensamiento fugaz que me puso nerviosa, tampoco podía decirle eso.

-Tal vez fue el helado que comí.

-¿Qué tipo de helado?- frunció el ceño.

-De chocolate y vainilla, nada extraño.

-Sé que debes disimular si quieres tener amigos mortales pero que comas lo que ellos es un riesgo.

-Lo sé, pero no quería ser descortés con Mikey, parece un buen chico- abrí la puerta. –Y sobre tener amigos mortales. No te preocupes. No hay cosa que me interese menos.

Y mucho menos luego de haber encontrado a otros como yo.

Llegué a la universidad cinco minutos antes de la clase. Ignoré las miradas de siempre, tenía mejores cosas de las que ocuparme. Como Mikey, no estaba segura de qué decir por el beso. Hasta ese momento no tenía idea de sus intenciones y tampoco sabía que podía esperar. En momentos así me gustaría tener el don de leer la mente de los demás como ese vampiro de una película para adolescentes.

Estaba cerca del salón cuando oí una voz masculina que gritaba mi nombre. Volteé, Mikey agitaba su mano a lo lejos y se acercaba corriendo. No solo llamó mi atención, sino también la del resto de estudiantes. Un chico intentó hacer que se tropezara pero usé la corriente de aire que corría y lo aparté contra una de las paredes.

-¿Cuál es el apuro, Mikey?- pregunté con una sonrisa de diversión en el rostro. –Si esta es una de las clases que compartimos.

-Quería hablar contigo sin que el profesor me regañe.- explicó mientras luchaba por recuperar el aliento.

-Bueno- me aparté el cabello de las orejas. –Soy toda oídos.

-¿Cómo estás? ¿No te dio otra jaqueca?

-No, por suerte luego de hablar contigo dormí sin problemas- ladeé la cabeza.

-Qué bueno.- se apartó el flequillo de la cara.

Estaba nervioso, lo veía en su postura inquieta y sus manos que no dejaban en paz a su cabello. Presentía que se debía a lo del beso de ayer, no quería que esto se volviera incómodo. Al menos no por algo tan insignificante si lo comparo con las verdaderas razones que nos podrían alejar. A nuestro alrededor las personas que pasaban nos miraban y murmuraban con quien tenían al lado.

-¿Eso es todo? Porque está a punto de empezar la clase y no quisiera llegar tarde.

Los ojos de Mikey se abrieron más y su labio inferior tembló. No comprendía qué le pasaba y comenzaba a creer que se trataba de algo malo. ¿Acaso algo de aquel beso me delató?

Love will kill you [Mikey Way]Where stories live. Discover now