Capítulo 11

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Se sentía extraño salir al mundo exterior luego de pasar una semana en cama. Aquellos siete días se sintieron como setenta y ver de nuevo las luces de la ciudad, escuchar los ruidos que la caracterizaban junto a los miles de aromas se volvía un poco reconfortante. Era como el mundo diciéndome que, a mi manera, seguía viva.

Lo malo era que seguir viva significaba pasar hambre y desde que me recuperé era lo único que no podía dejar de sentir. No había carne o sangre animal que aliviara el hueco que sentía en la boca del estómago. En momentos como ese, que el auto de Frank se detenía en el semáforo y las esencias de las personas que pasaban por delante llegaban a mi nariz, convertían el vacío en agujas que se clavaban en todo mi abdomen.

-No lo soporto- me quejé tapándome la nariz y la boca con una mano. -¿Cuánto falta para llegar?

-Solo unas calles, dejaremos el auto en el parque central para que nadie sospeche.- contestó Frank y nuestras miradas se encontraron a través del espejo retrovisor. –Sé que es difícil.

-No tienes ni idea- señalé. –Podría bajar y devorarme a esa chica en menos de un minuto- comenté mirando a la chica que cruzaba a paso acelerado antes de que el semáforo diera luz verde y el auto siguiera su ruta.

-Hazel- Hayley se giró y colocó una mano sobre mi rodilla. –Todas comeremos esta noche, solo mantén la calma. Yo entiendo lo que estás pasando.

-¿Cómo lo manejas tan bien?

-Años de práctica- esbozó una media sonrisa.

Miré el teléfono cuando Frank estacionó el auto. Tenía varios mensajes de Mikey que ignoré y me concentré en la hora. Una y cuarto de la madrugada. Sin embargo, la calle parecía más transitada que en plena tarde. Bajamos y al minuto se nos unieron Jasper y Taylor. La observé de arriba abajo.

-¿Qué miras tanto?- preguntó ella con hartazgo y se cruzó de brazos.

Arqueé una ceja, suficiente tenía con mi sed de sangre e ignorar a mi novio como para tener que soportar a una malhumorada rubia con complejo de superioridad.

-Espero que sepas hacer esto- volvió a hablar Taylor mirándome con desdén.

-Esta es mi táctica de caza favorita- dije sin mirarla. -¿A dónde iremos?- pregunté acercándome a Frank y Jasper.

-Hay un bar a unas calles- contestó Frank. –Mucha gente, buena música. Será sencillo siempre que cierta persona siga el plan- miró a Taylor.

-¿Ya vas a empezar?- preguntó con enojo. –Supéralo Iero, yo elijo mejor que tú. Tal vez debería hacerme cargo esta vez.

-¿Y terminar con un pila de cuerpos en un callejón como en los noventa? No gracias, queremos una noche que no me involucre hipnotizando policías.

-Eres un aburrido- nos dio la espalda y comenzó a caminar.

-¿Siquiera sabes a dónde tienes que ir?- preguntó molesto Frank.

-Solo hay un bar en esta ciudad de mierda a donde debemos ir así vestidos- contestó levantando la voz sin voltearse ni detenerse. -¡Jasper!- lo llamó.

-Lo siento chicos. Pero ella la pasó tan mal como ustedes- miró a Hayley y a mí. –Entiéndanla, por favor.

En un pestañeo estaba junto a ella. Mientras ellos se alejaban mi ilusión de que esa noche fuera como las noches en el campo se desmoronaba. Una gran parte de mí esperaba que fuéramos solo los cuatro, con la ligera diferencia de que esta vez en la búsqueda de una presa mucho más compleja.

-¿Vamos, Hazel?- preguntó Hayley sacándome de mis pensamientos.

Asentí y les seguí el paso en dirección opuesta a donde se dirigían los otros dos.

Love will kill you [Mikey Way]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora