"di que eres mía". Murmuró mirándola y entrelazando sus dedos en su cabello.
"Soy tuya". murmuró mirándolo a los ojos.
Él comenzó a besar la piel de su mandíbula haciendo que ella echara la cabeza hacia atrás cerrando los ojos.
TRADUCCIÓN
book by: A...
"Que sea un recuerdo poderoso, el más feliz que puedas recordar", dijo Harry pasando entre la gente para enseñarles el Patronus.
Luna, Ron, los gemelos, Lhu y Hermione ya lo habían conjurado.
"Está bien, escúchame", le dijo en voz baja a Neville. "Puedes hacer esto, ¿de acuerdo?" el asintió. "Inténtalo una vez más," cerró los ojos y se concentró, la mitad de un cuerpo salió de su varita. "¿Ves?"
"Gracias, Leevy", dijo sonrojándose un poco, ella asintió.
La chica había tenido muy buenos días la última semana, sonreía un poco más y su risa se había vuelto más pura.
Todavía tenía ese vacío dentro de su pecho y le quemaba cada vez que respiraba, pero había dejado de llorar durante muchas horas.
Las pesadillas también habían cesado, las tenía solo dos veces a la semana, era un avance bastante bueno.
Se acercó al espejo que había en la habitación y sonrió con nostalgia cuando vio la foto de Cedric.
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"Eso es tan femenino", se rió, ambos comieron papas fritas en un banco.
"¿Oh, sí? ¿Esto también?" Dijo riendo antes de arrojarle la comida a la cara haciéndolo reír.
"¿Leev?" Hermione dijo sacándola de sus pensamientos. "¿Estás bien?"
Bueno, ella no estaba exactamente bien.
"Oh, sí, sí", sonrió. "Solo recordando, Granger."
"¿Ya conjuraste tu Patronus?" preguntó la chica con una suave sonrisa.
"Estaba a punto de intentarlo", se rió entre dientes, los gemelos y Lhu la rodearon. Luna y Lee se unieron también a ellos y la miraron con una sonrisa. Leevanna cerró los ojos y se concentró.
Un recuerdo feliz...
Luego, ambos se miraron y unos segundos después trataron de silenciar su risa para que no los descubrieran.
"Gracias," susurró cerrando los ojos mientras sus fosas nasales estaban empapadas en el perfume que él usaba. Draco se congeló por un segundo pero terminó rodeando lentamente su cintura y levantándola del suelo un poco debido a su pequeña altura.
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Entonces sucedió lo inesperado: Draco tomó las mejillas de Leevanna con fuerza antes de unir sus labios.
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Después de unos segundos, Draco comenzó a acariciar suavemente su cabello mientras tarareaba una melodía con los labios cerrados.
