CAPITULO 16

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                                                                                                          GRITAR                                                       

Leevanna lo miró un momento, todavía estaban en Brasil.

Draco seguía dormido, su cabello rubio platino caía suavemente sobre su frente rozando sus párpados, sus suaves labios rosados ​​se separaron, sus mejillas...

Tal vez sólo tal vez...

Quería hacer que ese preciso momento durara eternamente, hasta el infinito. Mantenlos ahí y congela el tiempo.

Todo se sentía tan tranquilo... Tan bien.

Fue perfecto.

Si tan solo hubiera durado un poco más de tiempo...

Pero todo lo bueno tiene su fin, y lo bueno era perfecto para ser verdad.

En su mente todavía estaba ese sentimiento de alegría y felicidad que ambos habían sentido la noche anterior.

Todas las cosas que habían hecho y de las que se habían reído, cosas que nunca habían pensado en hacer y que habían intentado por primera vez.

Cómo sus ojos se habían llenado de chispas cuando se miraban el uno al otro.

El beso suave, sabroso y cálido que se dieron bajo los fuegos artificiales en la fiesta china. 

Su risa cuando ella hacía un capricho porque ese extraño baile peruano era muy confuso. Cómo habían probado todos los tipos de cervezas que tenía ese país.

Las bromas de humor oscuro y las muecas de disgusto que habían hecho al ver a todas las parejas besándose a los pies de la Torre Eiffel.

Cuando estaban en Italia, por la forma en que él la miró con los ojos entrecerrados, sus mejillas se sonrojaron un poco y pusieron los ojos en blanco cuando ella le preguntó si podía hacer una escultura de él.

Cómo ambos habían extendido sus brazos sintiendo la libertad de la vida cuando estaban visitando la Puerta de Brandenburgo de Berlín en Alemania.

La emoción en sus ojos cuando hablaban de estrellas y constelaciones cuando estaban en Puerto Rico, tumbando la arena y viendo el cielo mientras escuchaban las pequeñas olas acariciando la arena.

La rapidez con que ambos habían bebido leche y agua después de comer esa comida picante en México. Las cosas divertidas que habían hecho y comprado allí: esos extraños sombreros grandes, deliciosos dulces, exquisitas tortillas y coloridos adornos.

Y en Brasil... Brasil era su paraíso.

La forma en que habían acariciado la piel del otro, cómo se habían besado y cómo... Cómo habían hecho el amor...

Ella le acarició la nariz con cuidado para no despertarlo, se veía tan tranquilo y pacífico que lo despreciaba. Ella sonrió impotente al verlo fruncir el ceño entre sueños.

Debería haber sido para siempre.

"Despierta, bella durmiente", le susurró al oído haciéndolo sonreír. Colocó una mano en su cintura atrayéndola hacia él.

Su cuerpo estaba caliente, envolviéndola en tanto calor que quemaba su frialdad.

"Buenos días", dijo aún con los ojos cerrados en su oído, provocando que ella se estremeciera. Merlín, su voz gruesa..

Quizás... 

Leevanna le dejó un beso en los labios antes de levantarse lentamente de la cama, le dolían las piernas. "Eres tan jodidamente hermosa", dijo, mirando por todo su cuerpo. "Lo desprecio".

BLACK MAGIC - Draco Malfoy - (Español)Where stories live. Discover now