Lo que el hielo ocultó: preocupa.

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Capítulo 2

Lo que el hielo ocultó: Preocupa

Rosemary suspiró por tercera vez consecutiva, esta vez, levanté mi vista de la galleta de avena que comía, y le ofrecí.

—No, no quiero. Lauren, es que quiero decirle, o más bien, preguntarle algo. —Sonó apurada. Se mordió el labio—. No quiero que malinterprete las cosas y vaya a dejar de ser mi amiga.

La miré a la cara, después a mi galleta de avena.

—¿Tiene que ver con el video verdad? Dime Rosermary, no me voy a enojar.

—Ah... —Abrió la boca.

—No tengo ninguna enfermedad, de hecho, mis verrugas fueron removidas quirúrgicamente. —Miré a los lados y me alcé la blusa para que viera mi costado. Ella miró. Y antes de que ella tocara me bajé la camisa y la puse dentro de la falda—. ¿Era eso?

—No... —respondió quieta—. Pero gracias por la aclaración. Solo le quería preguntar cómo es para usted todo esto, ¿cómo se siente?

Mi mirada todavía estaba clavada en el centro del patio mientras masticaba el pedazo de galleta en mi boca. ¿Cómo se siente qué? Me pregunté a mi misma. Recordé el sudor frio en mis dedos, el corazón saliéndoseme del pecho, el dolor de cabeza, el dolor de estómago, todas esas reacciones físicas y mentales que ocurrieron cuando vi que alguien me dejaba un mensaje con el link a mi video colgado a una página amateur de pornografía. Al principio, yo iba a fingir que no sabía de él. Ni siquiera iba a luchar por saber quién lo subió. Pero cuando se volvió viral que todos mis amigos lo vieron, tuve que buscar una alternativa.

A los dos días mi mamá se dio cuenta, y ella quería mover el internet abajo. En realidad, ella fue la única persona que entendió que el video no tenía fines eróticos y que yo solo me estaba divirtiendo. A fin de cuentas, siempre bailaba por toda la casa y me grababa. Ella los veía. Que el primer video que había hecho con una amiga se filtrara fue solo cuestión de mala suerte.

¿Cómo se siente ser traicionado, a eso se refería?, ¿Qué se siente ser humillado por algo que amas a hacer, eso quería decir?

—Dios, se ha enojado conmigo.

—No, no... —susurré, porque aun andaba perdida en mis pensamientos—. Es solo que no entiendo tu pregunta, ¿Cómo se siente qué?

—Ser famosa. —Soltó con un suspiro alegre—. Miles de personas le aman Lauren, alrededor de todo el mundo. Hay páginas de usted y la gente habla de usted.

La miré, tenía mi boca abierta y las cejas alzadas, me metí el otro pedazo de galleta en la boca.

—¿Ah sí?

—Sí... ¿qué no lo sabía?

Incliné la cabeza.

—Mi mamá no me deja usar el internet porque no quiere que salga herida por las cosas feas o inapropiadas que dicen de mí.

—Cierto. —Estaba cabizbaja, comió un trozo de pera—. Sí dicen cosas feas y algunas fuera de lugar, pero pasará. Vendrá un tiempo en que solo será pasado.

—Entonces cuando pase seguro podré ver las cosas lindas que dicen de mí en el internet. —Le sonreí.

Ella me miró a los ojos y sonrió.

Ese día hacia mucho frio. Faltaban tan solo días para que fuera diciembre y los días se la pasaban grises, sin sol. Ella llevaba su chaqueta negra, pero yo no, y lo había lamentado.

Lo que el hielo ocultóKde žijí příběhy. Začni objevovat