Felonía.

584 45 8
                                    

Calum, 6 de junio de 2019.

Cruzo la puerta de mi casa totalmente derrotado dejando caer a un lado de la entrada el maletín en el que llevo los documentos necesarios para el trabajo y mi ordenador portátil, además de objetos personales. Otro día más intentando solucionar los problemas de otras parejas cuando en realidad lo único que me apetece es aconsejarles que lo manden todo a la mierda, que no vale la pena luchar por ello, que al final siempre se termina, que si algo va mal, no va a mejorar, porque nunca lo hace.

Tras dejar las llaves sobre el recibidor, me desabrocho los botones superiores de la camisa pensando que eso me hará sentirme menos agobiado, pero no es así. Termino optando por darme una ducha, en la que me paso demasiado tiempo bajo el agua, intentando que mis problemas se vayan también por el desagüe. Cuando salgo me visto con unos vaqueros y una camisa azul con rayas blancas, la cual dejo desabrochada hasta la altura de mi pecho.

En cuanto vuelvo a la entrada busco en el maletín mi teléfono móvil.Compruebo que tengo varios mensajes de mi secretaria informándome de próximas citas, decido responder en otro momento. Además de algún que otro mensaje sin importancia me encuentro uno de Ashton de hace una hora aproximadamente, en el que pone que necesita hablar conmigo de algo bastante importante. Durante un par de minutos le doy vueltas a la idea de si decirle que venga a casa o pedirle dejarlo para otro día, porque la verdad es que no tengo demasiadas ganas de ver a nadie más hoy. Sin embargo, poco después vuelve a escribirme para decirme que realmente necesita hablar conmigo hoy, por lo que le digo que se acerque hasta aquí.

Mientras espero a que llegue voy hacia la nevera para sacar un par de cervezas y abrirlas, dejando ambas botellas sobre la barra que finaliza la pared del pasillo de la entrada al apartamento y que me hace la función de mesa para comer. Unos diez minutos más tarde suena mi telefonillo, al comprobar que es Ashton aprieto el botón para abrir la puerta del edificio y posteriormente la de mi piso, volviendo a sentarme en uno de los taburetes que tengo colocados junto a la barra.

Un poco más tarde escucho la puerta cerrarse y no tardo en ver a Ashton aparecer, yo le sonrío todo lo que me permite el cansancio que hoy me acompaña, pero a él parece que le cuesta devolverme el gesto, algo que me extraña, sobre todo en él. Le indico que se siente si quiere, invitación que acepta y posteriormente le ofrezco una de las cervezas que había abierto antes de que llegara. En un principio dice que no le apetece, pero aún así la sujeta con una de sus manos y juega moviendo la base de la misma dibujando círculos sobre la madera de la barra.

- Agradecería que no me la rayaras, la verdad.- Comento en un tono burlón antes de darle un trago a mi bebida esperando algún tipo de reacción positiva por su parte, algo que no llega.- ¿Qué te pasa? Te noto muy apagado, y conociéndote me preocupa, creo que nunca te visto con esa cara.- Él suelta la botella para llevarse ambas manos a la cabeza y pasarlas por su pelo en un intento de que no le molesten los rizos en la cara, o eso creo.

- No tengo ni idea de qué decir, ni cómo hacerlo.- Noto un cierto temblor en su voz que consigue preocuparme todavía más. Me fijo de nuevo en sus manos, no para de moverlas, ahora se toca la cara con desesperación frotando las yemas de sus dedos contra su frente. Intento ser todo lo delicado que puedo y muevo mis brazos para poder sujetar sus muñecas con mi manos y conseguir que las deje quietas mientras se las agarro.

- Ashton, no pasa nada, sea lo que sea me lo puedes contar.- Hablo en un tono calmado, prácticamente el que utilizo con mis pacientes, teniendo la esperanza de que eso consiga relajarle, pero no parece que surta ningún tipo de efecto. Ashton se suelta de mi agarre y se pone de pie, pasando nuevamente sus manos por su cara ansiosamente. Yo simplemente le sigo con la mirada mientras se mueve de un lado al otro, pasando por el espejo que tengo ocupando toda la pared que va de la entrada a la puerta de mi cuarto.

Burned out like a cigarette (Calum Hood)Where stories live. Discover now