"Nada de policía."

409 34 8
                                    

Calum, 22 de abril de 2021.

Tacho de mi agenda a la anterior pareja, que ha salido hace apenas cinco minutos por la puerta, revisando posteriormente cuales son los siguientes pacientes. No puedo evitar soltar un largo suspiro al ver apuntado el nombre del matrimonio, que me dio tantos quebraderos de cabeza. Se suponía que en su última sesión, hace un par de meses, ambos estaban bastante satisfechos con mi ayuda, haciéndoles progresar como pareja, y consiguiendo entenderse bastante bien. La señora Evans aseguró que había notado un cambio en su marido, siendo que su actitud dominante habría desaparecido por algún tiempo, pero al parecer, no del todo, y es por esa, entre otras muchas, que han vuelto a recurrir a mi ayuda.

A veces es bastante agotador ver como antiguos pacientes vuelven a aparecer cuando piensas que has solucionado sus problemas, y no solo no es así, si no que a veces la cosa vuelve a ser lo mismo siendo más complicado de tratar, ya que las cosas que intenté en su momento no vuelven a funcionar, y otras sin embargo vienen con distintos problemas.

Una vez le pido a la recepcionista que los haga pasar, espero sentado en mi silla, pensando en cómo será esta vez. Cuando entran, los saludo de forma educada, y les pido que tomen asiento, fijándome en que la cara de él muestra la disconformidad de tener que volver aquí. Mantengo una pequeña charla con ellos sobre algún tema trivial para que así se sientan más cómodos, en el que las respuestas de él son realmente secas, sin duda es peor de lo que me imaginaba. Reviso los papeles de sus fichas centrándome en tratar de acordarme de la información completa sobre ellos.

- Pues contadme, ¿qué tal habéis estado? ¿Cómo os ha ido desde vuestra última visita?- Centro mi vista en ellos.

- La verdad es que todo iba bastante bien, nos entendíamos, hablábamos las cosas, él controlaba su ira, hasta que hace una semana o así ha vuelto a faltarme el respeto a la mínima oportunidad que tiene.- La señora Evans se sincera lo que hace que su marido suelte una risa irónica.

- Decir que eres una inútil y no sabes hacer nada bien no es una falta de respeto, es decirte las cosas como son, sin filtros.- Observo como el señor Evans ni siquiera se molesta en mirar a su mujer.

- Tengo que pedirle que se ahorre los insultos, no voy a consentirle las faltas de respeto hacia su mujer, y menos en mi consulta.- Aclaro, manteniendo mi tono de voz calmado.

- Creo que nos conocemos lo suficiente, por puro empeño de mi mujer, como para que sepas que tus consejos van a acabar en la basura.- Ahora su vista se centra en mi.- Así que te sugiero que dejes de ser tan imbécil, y aproveches el tiempo escuchando los lloros de mi mujer, que para algo ha decidido desperdiciar nuestro dinero en esta mierda.- La señora Evans mira a su marido con sorpresa, disculpándose enseguida conmigo por la actitud de él.

- Si por mí fuera, su mujer no perdería ni su dinero conmigo, ni su tiempo con usted. Hace tiempo que le hubiera aconsejado que se alejara de usted, pero fue ella quien me insistió en ayudarles porque aún creía en usted.- Hablo con naturalidad, haciendo que él suelte un gruñido.

- No tienes derecho a hablarme así.- Su tono de voz se vuelve más airado.

- ¿Y usted sí lo tiene para hablarle así a su mujer?- Elevo una de mis cejas.

- ¡Pues claro que sí! ¡Es mi mujer y puedo permitirme el hacer con ella lo que me plazca!- Frunzo mi ceño ante su contestación.

- Voy a pedirle que se marche de aquí.- Indico con mi dedo la puerta y al ver que el hombre se levanta lo hago yo también.

- Mejor, porque todo esto no sirve para nada.- Se encamina hacia la puerta.- Vamos Anne, larguémonos de aquí.

- No, Robert, yo realmente necesito hablar de esto con alguien, si quieres irte tú, está bien, pero yo me quedo.- Interviene la señora Evans con su voz algo temblorosa.

Burned out like a cigarette (Calum Hood)Where stories live. Discover now