Extra PALM BEACH 2

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Extra PALM BEACH 2

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Extra PALM BEACH 2

Bella 

Dejamos atrás la discoteca y cuando me quiero dar cuenta estoy metida dentro de un taxi continuando con los besos desmedidos, desinhibidos y cargados de pasión y de lujuria. Me siento flotar en una nube mientras mi cuerpo reacciona correctamente con sus toques acompañado de sucias palabras que me ponen a mil.

Es hábil a la hora de pagar, de alzarme en sus brazos mientras le rodeo su cintura con las piernas y de entrar en un majestuoso hotel de 5 estrellas sin despegar sus labios de mi boca y sus manos de mi culo. Es como si tuviese una obsesión, ya que aprieta mis nalgas o da pellizcos a piel calentándome más de lo que ya estoy.

Mi entrepierna no está mojada, está empapada y solo ha necesitado cuatro besos para conseguir que quiera y necesita más atención en esa parte, y no me bastan los dedos que juegan con mi entrada ni ese pequeño golpe que me deja jadeando cual posesa.

No hay palabras románticas, sino llenas de morbo que me están llevando a un estado de locura transitorio. La Bella de New York jamás permitiría que le hablasen así o que le golpearan porque la humillación, la sumisión o el sadomasoquismo es algo que no toleraría, pero heme aquí disfrutando cual zorra de cualquier contacto.

Me deja en la cama y comienza a desabrocharse la camisa de Giorgio Armani, permitiéndome por primera ves en toda la noche ese cuello esculpido que sospechaba que tenía. Al tacto me recordaba a las estatuas griegas. Yo hago lo mismo, cae el top seguido de la falda y cuando quiero seguir el me detiene.

—Me gusta desenvolver mis regalos —me sonríe cuando se baja los pantalones, dejándome ver ese bulto que esconde bajo su bóxer. 

«Grande». Mi cerebro parece tener cierta preferencia pues no me permite dejar de mirar la longitud y anchura de su miembro. Nunca he sido de fijarme en el tamaño, ya que tenerlo grande no es sinónimo de saber usarla, pero con él es como si los cinco sentidos me gritasen «Prepárate nena para disfrutar».

Se pasa las manos por el cinturón de Adonis y baja a su entrepierna acariciando su miembro, ese gesto provoca que se me seque la boca y que toda la humedad de mi cuerpo quede en mi ropa interior.

El alcohol me desinhibe, me caliente y me deshace de la culpa de estar aquí con otro hombre cuando aún estoy con mi pareja.

Subo la vista a su cara al ver que no avanza y me quedo petrificada con esa sonrisa libinidosa alterando mis hormonas. No es un ángel, es un demonio enviado a la Tierra para hacer caer hasta la persona más fiel ya que es una tentación andante.

—¿Quieres?

Sonrío como una niña antes de recibir su regalo de cumpleaños.

Es veloz a la hora de subirse sobre mí, me aprisiona las muñecas contra el colchón y refriega su erección contra mi muslo. «Dios, creo que he tenido un pequeño orgasmo». Sus labios abandonan mi boca buscando nuevas aventuras deslizando por mi cuello, bajando por mis pecho y lamiendo un pequeño camino por mi abdomen deteniéndose en el borde de mis bragas.

Millionaire: Un embarazo inesperado #1 [BORRADOR]✔️Where stories live. Discover now