Millionaire: Un embarazo inesperado #1 [BORRADOR]✔️

XIII

Capítulo 13: Celos.

Bella

Dejo a Lottie con la vecina, le cuesta entender que se quedará con ella y no conmigo como su padre le explicó cuando se marchó, sin embargo, sé que no tendrá ningún problema con ella porque mi sobrina se hace amiga hasta del mimo del parque.

Le beso la cara muchas veces, repitiendo lo de siempre.

—Pórtate bien y diviértete mucho.

Sé que la llevará al parque y harán una manualidad para cuando Charlie regrese, Lottie quiere ser artista y está empezando a pintar con brocha.

Me despido de ella y abordo el taxi que me lleva a Castellar cambiando mi ánimo de inmediato. La última vez que vi a Oliver fue en el ascensor cuando sufrió ese mareo, llamé a una ambulancia y no he sabido de él desde entonces. Supongo que de no haber sido noticia, sigue vivo.

Saludo en recepción y recojo las cartas que van a nombre del señor Stratford, entre ellas está la confirmación del viaje a Grecia para dos personas en las fechas que insistió. No veo la hora de que se marche esa semana, recordaré que es la tranquilidad.

Subo en el ascensor viendo los mensajes de mi teléfono, Axel me cuenta que ha podido adelantar el viaje de regreso porque acabó todo el trabajo pendiente y mañana por la noche regresará a casa, pero que hoy le es imposible llegar. No me molesta porque sé que el trabajo es muy importante ahora con el embarazo y porque sé que si él pudiera estaría a mi lado. 

Dejo atrás el ascensor y me dirijo a mi puesto de trabajo. En cuanto llego encuentro un montón de folios apilados en una gran torre que no tiene fin, son tantos que me cubren cuando me siento. Resoplo viendo que no terminaré a la hora y no podré recoger a Lottie como se lo prometí a la hora de la comida. Aviso a mi vecina y ella me calma diciendo que mi sobrina está encantada con el conejo que tienen como mascota. 

Al menos una de las dos lo pasará bien. 

—Eres Bella, ¿cierto? 

Tengo que levantarme para ver de quién se trata. Detrás de los folios se encuentra un chico rubio más joven que yo, su altura es llamativa, pero más lo es la arrogante sonrisa que tiene en su rostro, igual a la de su hermana mayor. Cuando estuve en la mansión vi unas fotos de los cuatro Strarford, todos tan perfectos y a la vez tan tristes, los ojos son las puertas del alma y estos son incapaces de mentir. 

—Sí, soy yo. 

—Mi hermano no vendrá hoy a trabajar.

¿Este es mi día de la suerte? 

—Así que te encargarás de anular y cambiarás todas sus citas del día de hoy, harás un informe sobre las hojas que hay aquí y te encargarás de pedir comida para todos los que trabajamos en esta planta —ordena y se gira golpeando la torre que se vence hacía mí —. Lo siento, no fue mi intención.