Millionaire: Un embarazo inesperado #1 [BORRADOR]✔️

XXXIV

Capítulo 34: Denuncias y amenazas.

Oliver

Salgo de la casa de los padres de Bella por donde entré, la ventana del primer piso y llamo a un taxi cuando me he alejado lo suficiente. La conversación con Bella baila en mi cabeza, pero más esas palabras que salieron de mi boca sin poder controlarlo. ¿Cómo es posible que ella sea la única capaz de hacer que pisotee mi propio orgullo?

Presiono el teléfono contra mi oreja cuando Gerard es el encargado de mantenerme informado de la evolución de Layla.

Me comenta que la encontraron esta mañana en el suelo de su habitación, inconsciente y con los dedos de la mano llenos de vómito y ácido gástrico, sin uñas y pálida. La boca ensangrentada. Nana llamó al 911 y en seguida fue trasladada al hospital donde trabaja mi cuñado. Aún no ha despertado, su desnutrición es severa y será un milagro que no tenga daños irreversibles.

Me dejan en la puerta del hospital y me dirijo inmediatamente a la habitación en la que se encuentra dormida. Nana y Nate están en la puerta y es nuestra niñera quien se viene contra mí, sollozando y culpándose, cosa que no hace Eva junto a Elda, ambas mirando una revista sin demostrar una pizca de sentido común.

—¿Qué se sabe?

—No mucho más —me dice Gerard sosteniendo a su mujer mientras llora, nunca he visto a Merina tan destrozada —. El médico que le atiende está haciéndola pruebas, pero te puedo adelantar que presenta una desnutrición muy severa. El diagnóstico más probable es el de TCA.

—¿Bulímica? —Pregunta Nate. —¿Por qué?

—No entiendo tanto drama —hablo por primera vez Eva desde que estoy aquí mientras camina hacia nosotros—. Vuestra hermana físicamente está mejor que nunca, apenas tiene grasa y su cintura es tan fina que podría ser elegida para desfilar. ¿No es eso lo que importa?

No puedo controlar la risa sarcástica que se me escapa y es que no podía ser de otro manera con nuestra madre.

—¡Lo que importa es que tu hija pequeña se está debatiendo entre la vida y la muerte por tus estúpidos consejos de mierda! —Voceo en el pasillo con la sangre hirviendo. — ¿Qué pretendías que pasase? ¡Ella solo buscaba tu aprobación, quería que le dijeras que estabas orgullosa de ella, aunque fuese por una maldita vez! Pero no, era más importante sacarla siempre sus defectos o, lo que, para ti, eran defectos.

—Oliv... —Elda se acerca y posa la mano en mi brazo, pero se la aparto cuando lo último que quiero ahora es tener que lidiar con ella. — No tienes que hablar así a tu madre, ella solo hace lo mejor por sus hijos.

—¿Quién ha pedido tu opinión? —Nate se posa al lado de la rubia y la mira con desdén. —De hecho, no entiendo qué haces aquí.

—Vengo a dar apoyo emocional.