Millionaire: Un embarazo inesperado #1 [BORRADOR]✔️

XV

Capítulo 15: Solidaridad masculina

Bella

Veo la espalda de Oliver alejarse dirección a su despacho mientras yo me quedo ahí plantada dudando y pensando en qué sería menos doloroso si tragarme un alfiler o entrar ese despacho con toda la ira que destilaba.

Esto no va a salir nada bien.

—Bella, ¿acompañas a Lottie al baño?

Afirmo con un movimiento de cabeza y sostengo la mano de mi sobrina mientras camina y se limpia la cara. No ha caído ni una lagrima, pero es buena en montar un espectáculo cuando se lo propone.

—¿Estás mejor?

Lottie no dice nada cuando entra y yo me quedo frente de los lavabos esperándola, dice que no quiere que entre porque ya es mayor. Me quedo cerca por sí me necesita, es lógico que una niña de 4 años no tenga las capacidades que tendría un adulto, pero Lottie, pese a sus problemas con la "r", lo hace muy bien.

—Ya terminé.

La niña sale con las manos alzadas pidiendo que se las limpie, tiene aires de grandeza, y sale escopetada a buscar a su padre dejándome ahí tratando de retrasar lo inevitable.

Recuerdo los talleres de relajación de la universidad como también las diferentes tácticas que nos explicaron para prepararnos frente a los exámenes finales, pero nunca nadie dijo cómo enfrentarse a un hombre enojado, cargado de testosterona y que se dedica a chantajearte cuando no consigue lo que quiere. Salgo de los lavabos, Lottie está jugando con una niña en el suelo del pasillo mientras Charlie habla con una mujer castaña.

—Sí, mi hermana trabaja aquí —escucho la conversación que están manteniendo a medida que me acerco —. Es la secretaria de...

—¿De Oliver? —Exclama sorprendida. —¿Desde hace cuándo?

—Desde el día de la fiesta —respondo cuando me acerco a ellos.

La mujer se aleja de mi hermano dando un par de pasos hacia atrás, a la vez que sus ojos se me determinan con curiosidad. Es una mujer muy linda, con el cabello castaño recogido y con ropa de la marca Castellar. Su expresión alegre es sustituida por una más cautelosa y prefiero aclararme la garganta para no parecer descortés frente a una desconocida.

—Me sorprende no haberte visto por aquí —estira la mano antes de presentarse —. Soy Merina Doménech.

—Un placer —se la estrecho —, yo soy Bella.

—¡Qué nombre más bonito! Es curioso, hace unos años también conocí a una pelirroja llamada Bella —habla, pero ya no la escucho.

Mis ojos se mueven hacia la puerta del despacho de Oliver cuando se abre y ese no es el problema, el problema viene caminando en nuestra dirección con claros indicios de que esto va a ser peor que un terremoto de magnitud 10.