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Capítulo 39: Se acaba el tiempo

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Capítulo 39: Se acaba el tiempo

Oliver

Abandono la habitación de Layla y parto hacia el despacho del directos. Me recibe y yo le entrego los dos cheques que están a su nombre que pagarán los próximos dos meses. Las indicaciones son claras, nadie puede visitarla sin mi autorización, haciendo una excepción a ese tal George, ya que los médicos creen que está siendo de gran ayuda para el tratamiento de Layla.

Agustín me está esperando en el aparcamiento del centro médico, al verme deshecha el cigarro y ponemos rumbo a la ciudad. Como cosa rara comienza a llover cuando entramos en New York y se intensifica mientras circulamos por el centro. Nos detenemos frente a Casteller y le doy el resto del día libre, hoy no tengo intención alguna de dormir en casa. Sé qué me espera y prefiero evitarlo a toda costa.

La secretaria pelirroja sigue en su puesto, prendida del teléfono y hablando bajo cuando paso por su lado. Capto un poco de su conversación y solo hace que se me agrie el genio. Parece ser que el mundo está conspirando contra mí ya que no se cansa de recordarme todo lo que estoy a punto de perder por un hijo de la grandísima puta.

Enciendo el portátil y los correos no dejan de aparecer en la bandeja de entrada, la mayoría los ignoro mas no el que viene del bufete de abogados Bianchi-Verratti. Lo abro y en la pantalla aparece un precontrato, algo que he estado organizando y que ahora no me causa nada. Si las cosas fueran diferentes...

Marco al abogado que me responde en el segundo tono.

—Hola Giovanni.

¿Cómo estás? ¿Y Bella? ¿Y el bebé?

Tomo una bocanada de aire antes de responder.

—Todo sigue igual, pero no es por eso por lo que te llamaba —me levanto a cerrar la puerta con cerrojo y m sirvo una bebida después de poner el altavoz —. El apartamento... ¿hasta qué fecha se puede firmar el contrato?

Los dueños quieren que sea antes de que acabe la semana, les urge porque quieren volver a su país de origen —esto es una jodida mierda —. Podría intentar a hablar con ellos y... ¿quién sabe? Tal vez retrasarlo unos días.

—¿Semanas?

Puedo conseguirte unos días, mas no.

—Está bien —respondo viendo el líquido ambas girar en mi vaso —, firmaré de igual forma. Ahora mismo te envío todo y solo... haz el resto.

¡Cuenta conmigo! Nos veremos en unas semanas, ahora tengo que hacer un viaje que me mantendrá alejado de New York, si necesitas algo... ¡Llámame!

Cuelgo la llamada después de despedirme y apago el teléfono no queriendo ser molestado por nadie. La secretaria se ha ido hace ya un rato, apenas se ve a ningún trabajador por aquí y Nate tampoco parece seguir en la empresa. Apagan las luces de los pasillos y la única bombilla debe ser la de mi despacho.

Millionaire: Un embarazo inesperado #1 [BORRADOR]✔️Where stories live. Discover now