XXI

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Capítulo 21: La sirena

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Capítulo 21: La sirena.

Oliver

La mirada del imbécil sigue sobre mí, creyendo que con solo eso me retractaré, pero no, él ni puede llegar a imaginar cuanta mierda cargo encima y mucho menos que pienso desquitarme con esa basura todos mis problemas, frustraciones y enfados.

Mal por él, por atravesarse en mi camino de la peor forma posible.

—¿Todavía sigues aquí?

El pelinegro hace amago de atrapar a Bella del brazo, pero mis reflejos son rápidos cuando le agarro de la muñeca en el aire y le impido que le toque. Estoy tan hastiado que no mido la fuerza cuando le saco de la habitación ganándome una mala mirada por parte de Nate quien sacude la cabeza con desaprobación.

—¡Lárgate antes de decida ir a la comisaría a denunciarte! —Hablo solo para los dos ya que Bella, Merina y Layla vienen detrás. —Agradece mi misericordia...

—¿Misericordia? —Esboza una sonrisa irónica y me produce tanto asco que termino encuellándolo contra la puerta de la calle. —¿Debo también agradecer el que te quieras follar a mi prometida?

—Agradece que no lo he hecho aún —no es necesario que sepa que ya lo hice y no una, sino hasta tres veces —. Porque cuando eso pase, despídete de tu vida de mierda. Te aviso para que cuando eso sucede no te sorprendas.

Merina me pide que le suelte y pasa a llamar a Gerard para que haga algo ya que sabe que cuando me enfado puedo ser más letal que el peor sicario del mundo.

—¿Crees que me dejará por ti? — Mis manos se aprietan alrededor de su cuello consiguiendo que deje de reírse. —¿Crees que mi Bella elegirá al dinero antes que al amor?

No me rio en su cara por respecto a su ingenuidad, ya que preveo que cuando acabe con él podré reírme viendo cómo se retuerce en su propia miseria.

—No me hagas hablar... —Le amenazo con la mandíbula tensa.

—Ella es mía, mi prometida, mi mujer y la madre de mi hijo —clavo los dedos alrededor de su pulso carotideo presionándolo y viendo como ya le cuesta hablar y hasta incluso respirar.

—¡Cierra la puta boca!

Estoy tan furioso que no noto la mano de mi cuñado en mi hombro ni como tira de mí para que le libere. «Suerte», ha tenido suerte de que no quiera manchar mis manos con sangre de una persona que no vale la pena. Libero su cuello y él cae al suelo llevándose los manos a su garganta mientras me aniquila con la mirada.

Me marcho caminando dándole la espalda cuando las dos niñas se cruzan en mi camino y no se separan de mi lado. Me dejo caer en un taburete de la cocina con la botella que traía en la mano, empinándola mientras me la bebo ignorando las miradas curiosas.

—¿Qué pasó?

—¿Por qué no vais a buscar a tu madre y la preguntas cuando vas a soplar las velas?

Millionaire: Un embarazo inesperado #1 [BORRADOR]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora