Capitulo Nueve

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Rosie,

Tomo firmemente el cuchillo entre mis manos y observo mi reflejo en el, me siento poderosa, tengo el control de la situación. Recuerdo el día que conocí al señor Styles y a su difunta esposa, parecía una persona tan decente y equilibrada, todo ha cambiado ahora y me doy cuenta quien es en realidad. Sin pensarlo dos veces empujo la filosa hoja dentro del pecho de aquel hombre perverso, sus ojos llenos de sorpresa son toda una obra de arte.

Retuerzo el cuchillo con toda la fuerza que tengo mientras intento convencerme de que esto es lo mejor para mi, el va destruir mi vida y yo no puedo permitírselo, mis padres se volverían completamente locos si se enteraran que el señor Styles, a quien han dado su confianza por tantos años, se ha atrevido a tocarme de las formas en las que lo ha hecho y que yo se lo he permitido sin contarle nada a nadie. Lo observo caer al piso con los ojos completamente vacíos de emociones. Veo hacia mis manos, era él o yo.

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—"¿y bien?"— Escucho su ronca voz y parpadeo repetidas veces para darme cuenta que aun esta frente a mi, no ha pasado nada, todo estuvo en mi imaginación.

Dejo escapar el arma de mis manos, saliendo de mi ensimismamiento y dándome cuenta que no estoy lista para tomar una decisión tan radical. El tiempo se detiene, se siente como horas hasta que el cuchillo golpea el piso, él lo cubre con su pie y no mucho tiempo después lo patea lejos de nosotros.

—"No lo creo, justo como lo pensé, pequeña"—Me dice.

Miro hacia su pecho, tratando de saber en qué me he metido. ¿Qué significa esto ahora? Suavemente acaricia mi mejilla, tarareando cariñosamente. Me encuentro con sus ojos verdes a través de sus gafas y él está mirando por encima de mis labios, deja escapar un suspiro de alivio cargado de felicidad.

Él se inclina, capturando mis labios con los suyos. Siento que mi piel se enciende, sumamente confundida con lo que mi mente quiere mientras que mi corazón estalla en llamas. Él nos lleva al sofá, comienza a alzar mi vestido y a bajar mis bragas. Me hace sentar en su regazo y le agarro los hombros mientras su frente presiona la mía.

Nuestra respiración se entremezcla mientras agarra con fuerza mis caderas, frotándome contra su bulto. Me acerco a su boca en busca de un beso pero echa la cabeza hacia atrás con placer y siento como me debilito ante él, derritiéndome en sus brazos. Mi frente ahora está tocando el costado de su cuello y agarro su chaqueta, gimiendo por la maravillosa sensación que me produce la fricción de nuestras zonas mas sensibles.

—"H-Harry-"—

—"Oh, Rosie"— Gime

La forma en que dice mi nombre; tan jadeante y sin aliento me hace desear más de él.

—"Puedo sentirte empapándote por todos lados"— mete su labio inferior entre sus dientes, mis dedos tocan su rostro sudoroso, admirando su belleza —"Ponte de rodillas, niña mía"—

Poco a poco me pongo de rodillas entre sus piernas, mis manos colocadas sobre sus rodillas mientras lo veo desabrochar su cinturón, tirando de su cremallera después.

Trago saliva cuando saca su miembro entre su cremallera.

—"Acércate, pequeña Rosie"— Él susurra —"Quiero que chupes la polla de papi"—

Él es grande, muy grande, y ahora tengo miedo. Estoy a punto de irme, pero él agarra un puñado de mi cabello jalando de el.

—"No te muevas, joder"—

Dirijo mi mano hacia su masculinidad y la envuelvo alrededor de él, tan solo al sentir el contacto deja escapar un suspiro estrangulado. Lentamente tiro de su miembro, insegura de mis acciones.

—"Eso es todo. Buena chica"—Él susurra —"Me gustaría poner mi pene en esa pequeña boca tuya para que puedas lamerlo. Quizás me haga sentir bien"—

Miro hacia adelante y hacia atrás entre el miembro rosado hinchado y sus ojos lujuriosos.

—"Adelante, niña, solo hazlo"—

—"YO-"—

—"Es una maldita orden."—

Observo la erección de aquel atractivo hombre mayor mientras me inclino hacia adelante. Cuando mis labios tocan su punta, deja escapar un pequeño gemido como si estuviera luchando por contenerse. Aparto mis labios, empujándolos sobre la punta lentamente. Lo muerdo por un momento, lamiendo su sensible piel y él se estremece, gimiendo.

—"Joder, cariño"—

Llevo un poco más de él a mi boca, chupando torpemente, lamiendo y babeando por todas partes. Él aprieta su agarre en mi pelo. Agarro lo que no puedo tomar dentro de mí y lo aprieto, gime más fuerte, sus dedos ahora corren por mi cabello.

Disfruto su sabor mientras lo chupo arriba y abajo. Él se acaricia sobre mi mejilla hueca.

—"Se siente tan bien"— Me dice sin aliento

Él me empuja más profundo y tarareo con él dentro de mí, posiblemente enviándole vibraciones y un gemido escapa de su garganta. Me indica que suba y baje, así que lo hago, le chupo la cabeza y le paso la lengua por su hendidura unas cuantas veces más para escuchar su agitado aliento.

Papi, lo llamo en mi cabeza. Simplemente ya no se siente raro, no con él. Chupando la dulce paleta de papi, mi mente agrega. Él sabe tan bien.

Miro hacia él, su cabeza está echada hacia atrás, su cuello está rojo, sudoroso y venoso. Tan caliente y yo soy la razón de esto. Cualquier otra instrucción que él dé, la sigo y después de unos minutos, él me detiene. Él sale de mi boca, usando sus manos para levantarme y presionarme de nuevo en el sofá. Él se empuja dentro de mí boca otra vez, abrochando sus caderas bruscamente dentro de mí y puedo sentir su miembro profundamente en mi garganta.

Me quejo, agarrando sus muslos al lado de mis hombros, tratando de alejarlo. Está forzando lo que no se ajusta y mi garganta comienza a arder, las lágrimas se derraman inmediatamente de mis ojos. Él me agarra fuertemente de las muñecas por encima de mi cabeza, metiendo y sacando un par de veces antes de finalmente salir. Él acaricia su polla antes de salpicar su jugo en mi cara y mi boca.

Mis ojos se ensanchan. Mientras se aleja de su zona placentera, toma su pene entre sus manos y acaricia suavemente mis labios con él.

—"Lo hiciste tan bien"— Él respira, apenas manteniéndose cuerdo. Se mete su asunto en los pantalones y luego levanta la cremallera. Él me ofrece una mano y la agarro, me toma en sus brazos y me sienta sobre el sofá. Se sienta a mi lado y deslizo un dedo sobre su venida en mi cara, llevándola a mi lengua después. Lo probé. mi nariz se arruga y mis ojos se entornan ante el extraño sabor.

Él se ríe con cansancio y con solo ver el brillo en sus ojos, también me dan ganas de reír.

—"Ven pequeña, vamos a limpiarte"—

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Necesito bolsa de oxigeno luego de este capitulo

mannequin. HS [Español] (EN EDICION)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora