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Siento que podría morir en cualquier instante, mi espalda y la parte trasera de mis piernas están empapadas de sangre, mi ropa ha dejado de abrigarme por lo rota y mojada que está. Las heridas en mi espalda ni siquiera puedo verlas, pero sé lo graves que son, puedo sentirlas e imaginarlas con un aspecto terrible. Las mismas chicas que me sostuvieron para que aquel tipo me diera tantos latigazos ahora mismo también me tienen tomada de mis dos brazos, obligándome a seguir en movimiento hasta los automóviles que según ellos han dejado a unas cuantas cuadras, pero no puedo creerles, solo estoy esperando lo peor.

Mientras que camino no puedo dejar de observarlo, camina a un lado mío y de las dos mujeres que no me dejan caer. Su rostro sigue igual, a excepción de que se ha dejado un poco la barba, dándole un aspecto de ser alguien mayor. Usa pura ropa negra y una chaqueta de cuero idéntica a la del tipo con un diente de plata. Lo miro de arriba a abajo, tratando de convencerme a mi misma de que es el, desde que disparó esa arma y abogó por mi grupo, el corazón casi se me sale del pecho en cuanto sus ojos hicieron contacto con los míos.

Samm está vivo.

La última vez que recuerdo haberlo visto fue cuando me llevó con uno de los médicos de la comunidad en la que me reencontré con mi grupo cuando nos separamos. No sé cómo es que recuerdo como me cargó en brazos y me dejó ahí, no estaba en mis cinco sentidos, el me rescató a mi porque yo intentaba rescatarlo a el de la supuesta persona que mandaba en ese lugar. Ahora que lo pienso, de nada sirvieron mis intentos por saber que escondían ahí, tanto misterio fue por nada, y todas las veces que me arriesgué también lo fueron. Después de lo qué pasó en ese lugar, simplemente creí que todos o al menos la mayoría habían muerto, incluyendo a Samm. Me pregunto que fue de Nate.

Me sorprende viéndole atenta, aún con lo débil que me encuentro ahora no puedo dejar de concentrarme en el, me sonríe ladeado y mi estómago se revuelve de felicidad, con ese gesto sé que se acuerda de mi, por eso hizo que detuvieran los golpes contra Lucas. Le sonrío de vuelta, o por lo menos intento hacerlo, en mi estado no sé qué tipo de sonrisa puedo dar.

Finalmente nos detenemos, frente a tres grandes camionetas de doble cabina cada una y todas de color gris, solo una es roja. Frunzo el ceño cuando Samm se acerca a mi y me toma en brazos, lo hace con cuidado pero aún así mi espalda duele y no puedo evitar quejarme por el dolor y ardor que siento en estos momentos con el más mínimo movimiento que haga. Veo como Shawn intenta decir algo al ver que nos llevan a camionetas diferentes, pero uno de los hombres lo empuja con brusquedad para que se suba al vehículo.

Samm me sube en una de las camionetas grises, me ayuda a acomodarme de tal manera que no vaya a lastimarme más y cierra la puerta para rodear el móvil. Empiezo a plantearme preguntas cuando noto que solo nosotros dos iremos en esta camioneta, son muchos de su grupo que se repartirán en las otras dos ¿por qué no vienen a esta?. Decido guardarme mis preguntas en cuanto Samm sube a mi lado, toma las llaves que todo este tiempo han estado puestas y al girarlas enciende el vehículo.

— Me alegra verte —Comenta mientras que pone su mano sobre la mía. Con desconfianza observo hacia el contacto que ha hecho, pero mantengo ahí mi mano, si aún puedo confiar en el, no quiero hacerlo sentir mal, aunque hayamos pasado mucho tiempo separados, sin saber nada del otro.— con lo mucho que te gustaba ir por ahí... arriesgándote hasta casi morir, pensé que probablemente ya lo habías hecho.

— También me alegra verte —Respondo viendo como ya nos hemos comenzado a mover, detrás de las demás camionetas. Samm no retira su mano de la mía y empieza a hacerle caricias con su pulgar.— ¿a dónde nos llevan? ¿van a curarme?

— Por supuesto que sí —Afirma de inmediato a mi segunda pregunta.— ya hablé con Miguel, no sé si puedan quedarse por lo que ocurrió con Marie, pero estoy intentando de convencerlo de que al menos tú te quedes.

— ¿Qué? no, Samm, no puedo —Hablo en cuanto el termina de hacerlo. Veo como su mandíbula se tensa por un momento pero luego la relaja y mantiene su vista fija en el camino.— Samm, es que... no abandonaría a mi grupo por nada, son mi familia. Te lo agradezco, que hayas impedido que siguieran haciéndonos daño y ahora esto pero...

— Está bien —Me interrumpe antes de que pueda terminar de explicarle. Decido callarme, y es mejor hacerlo, me siento demasiado débil y cada que hablo me quejo de dolor.— solo te curaremos, y se irán.

— Y no volveremos a vernos —Añade y esta vez voltea a verme, lo miro triste pero no respondo, solo me mantengo tratando de evitar que mi espalda toque el respaldo, cuando lo hace arde como si me pusieran fuego en ella. Samm solo me ve por unos segundos más y después regresa su vista a la carretera.

Samm mencionó a una tal Marie, debo suponer que fue la mujer a la que Lucas tuvo que dispararle para evitar que me asesinara, es por eso que no podemos quedarnos con su grupo pero, de todas maneras, aún no sabemos si queremos quedarnos con ellos después de todo lo que me hicieron y también a Lucas. Mi respuesta definitiva es no, no quiero vivir con alguien que es capaz de hacer semejante cosa por una muerte que tuvo que pasar, fue defensa propia, ojalá lo entendieran. Aunque Samm lograra convencer a Miguel, no lo aceptaría.

— Llegaremos en tan solo unos minutos —Samm me informa después de que nos desviamos de la carretera a un camino entre el monte y los árboles, frunzo el ceño al ver que desde la entrada del camino tienen guardias.— Scarlett. No causes problemas, sé que estás herida pero, eso nunca ha sido un impedimento para tu curiosidad.

— No te preocupes —Es lo único que digo, cada vez me siento con menos fuerzas, incluso para hablar. Me mantengo en mi posición y no dejo de ver al frente esperando por ver nuestro destino.

Nightmare » Shawn Mendes© I#2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora