Solo un toque basto para que ella cayera a sus pies, él supo donde y cómo tocar, pero ese solo es el inicio de la historia...
Advertencia: Historia con alto contenido sexual y lenguaje fuerte.
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Estaba segura que si la basura sintiera, en ese momento estaría lamentando mi estado y le daría lastima solo mirarme. Sentirme triste no era lo peor, ser tratada como un objeto, eso sí era denigrante, ni siquiera Lauren había conseguido hacerme sentir así... como una gran nada.
Herbert se orilló en la carretera por donde casi no transitaban autos, sus ojos transmitían preocupación, nunca lastima lo cual me daba esperanza.
—Me siento como una completa mierda, un desecho de la sociedad— fue lo primero que salió de mi boca luego de que el casco fuera retirado de mi cabeza.
—Y eso que pagas tus impuestos—intentó hacerme reír, aunque estoy segura que una mueca fue el resultado —No puedes sentirte lo que no eres, lo siento preciosa, pero tú tienes el olor más delicioso que han sentido mis fosas nasales— hundió su nariz entre mi pelo resaltando su punto.
—¿Por qué no fuiste así antes? Me hubieras ahorrado tanto dolor— hundí también mi nariz en su cuello y aspire su increíble aroma, olía gel de baño, tan refrescante que por un instante mi mente se puso en blanco.
—Porque todo lo bueno tarda en llegar, lento pero seguro— sus manos alrededor de mi cintura me reconfortaban.
Mi cabeza me decía que lo más normal y razonable sería ver mis lágrimas caer una tras otra, pero la sola presencia de Herbert lo evitaba, en ese momento era mi pilar, lo que me mantenía de pie. Sus ojos verdes me atrapaban y me recordaban que no importa cuando o cuantas veces sufra, siempre va a haber una razón para continuar, en ese momento mis únicas razones eran Herbert y mis estudios, no podía pensar ni en mis amigos ni el abandonado Chester que dejé en la fiesta.
—¿Confías en mí?— susurró en mi oído.
Esas palabras eran tan fuertes e importantes en el momento para mí que tardé unos segundos en responder, gire mi cabeza y conecte con sus ojos con los míos. Supe que lo hacía, confiaba en Herb, aunque él no debería confiar en mí, le ocultaba cosas y él no sé preocupaba en arrancármelas de los labios, tal vez por eso confiaba en él, porque no estaba obligada a contarle nada y él no me lo exigía, solo me apoyaba incondicionalmente.
—La pregunta no es esa, la pregunta es ¿Confías tú en mí?— deseé con todo mi corazón que lo hiciera.
—Tanto que te dejaría cortar mi pelo— reí ante su ingenuidad, probablemente lo dejaría peor que calvo
—Bueno, entonces no tienes que preguntarme eso, porque yo confió más que eso en ti— besé su mejilla y mire hacia los árboles a nuestro lado. Hubiera sido grandioso internarse en ese bosque y perderse por un tiempo.
—Bueno, pues prepárate para divertirte con un Harries— acomodó de nuevo la seguridad sobre nuestras cabezas, más conocido como "casco" y arrancó la moto.
Salimos por la carretera mientras Herbert cantaba solo para mi 'Give Me Love' de Ed Sheeran, y en ese momento necesitaba que alguien me diera amor como indicaba la canción, solo un poco de luz en la repentina oscuridad que me habían sumergido sin previo aviso, no volvería a dejar entrar a alguien, me conformaría con las personas que me rodeaban, pocas pero lo suficientemente verdaderas para no querer tener más a mi lado.
