Solo un toque basto para que ella cayera a sus pies, él supo donde y cómo tocar, pero ese solo es el inicio de la historia...
Advertencia: Historia con alto contenido sexual y lenguaje fuerte.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—Fue una buena noche— susurró Liam en mi oído mientras me rodeaba la cintura con su manos.
Claro que para él había sido una buena noche, no había quedado a mitad de un orgasmo, y su cuerpo no lo resentía, estaba más cansada de lo normal, dormir en la cera debajo de mis zapatos no sonaba tan mal en el momento.
—Supongo— me recosté en su pecho para sostenerme un poco más mientras el chico aparecía conduciendo el auto de Liam, quería tener una cama frente a mí y dormir durante horas.
—Estás cansada— fue más una afirmación que una pregunta —Puedes dormir en mi apartamento, queda más cerca que la residencia— el tono de sus palabras era amortiguado por mi pelo y cuello, donde justamente él había situado su cabeza —Te llevare temprano a la universidad y así tienes tiempo de cambiarte de ropa y coger lo que necesites para una clase con Chester— sentí como su nariz rozaba suavemente la piel de mi cuello una y otra vez.
Él trataba de hacer más tentadora la idea con sus caricias, pero yo solo quería dormir, mi cansancio era más psicológico que físico y parecía que Liam no lo entendía.
—Solo quiero dormir— y no creía que su invitación era para hacer justo eso.
—Solo vamos a dormir, te lo prometo— justo en ese momento el auto apareció frente a nosotros.
—Está bien, estoy rendida— en el momento no supe si había tomado la mejor decisión, pero la presión de ver el auto ahí, listo para llevarme a un lugar donde pudiera depositar mi cabeza en una almohada hizo que acabara cediendo.
—Lo sé preciosa, lo sé— abrió la puerta del copiloto para mí e incluso me abrocho el cinturón de seguridad. Yo estaba tan cansada que ni siquiera puse oposición.
Durante el trayecto del restaurante a su casa no dije nada, me dediqué a mirar por la ventana intentando no quedarme dormida, aunque era algo que requería todas las pocas fuerzas que tenía.
Sentí como el auto se detuvo, pero ni me inmute, seguía mirando un punto fijo en la ventana. Liam Graham apareció frente a mí, me sonrió y procedió a desabrochar mi cinturón de seguridad, salí con calma del auto y con más calma iba a caminar hacia el ascensor, lo gritaba mi subconsciente o eso creo yo. Sentí como mis pies se despegaban del piso, llegué a pensar que estaba volando, el agotamiento mental era una mierda, te hace ver cosas que no pasan en realidad. Aunque a mi si me estaba pasando de verdad, no lo de volar, pero si lo de sentir mis pies despegado del piso.
—¿Qué haces?— pregunté descuidadamente mientras enlazaba mis manos en su cuello.
—Si esperamos que puedas medio caminar tendremos que pasar la noche en la calle— sentía su risa socarrona, estaba intentando ser serio, pero la situación lo divertía mucho.
Entramos al elevador junto con tres personas más, todos nos miraban raro, sentía mucho la patética vida que llevaban si nunca habían visto a alguien muerto del sueño, porque ese era más o menos mi caso, más muerta que viva.
