Solo un toque basto para que ella cayera a sus pies, él supo donde y cómo tocar, pero ese solo es el inicio de la historia...
Advertencia: Historia con alto contenido sexual y lenguaje fuerte.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—Lo que pueden lograr unos jeans ajustados— puse los ojos en blanco.
Desde que Chester era nuestro amigo y le tocaba a él conducir cada vez que íbamos a una fiesta, yo era su distracción, después de que Herb me dejara por otra, O'Connell y yo hablábamos durante horas, por eso sabía cosas que llegarían a dejar su reputación por el suelo, pero había prometido guardar el secreto y tenía palabra.
—Y los tuyos están muy ajustados— me abrazó mientras apretaba mi trasero con sus manos.
—¿Recuerdas la última vez que hiciste eso?— hablé amenazadoramente en su oído, su instinto de conservación funcionó tan bien que las retiro sin dudarlo —Buen chico— palmee su espalda —Yo sabía que quieres tener hijos— di media vuelta y caminé hacia la puerta del copiloto.
—¡Hoy es mi noche!— gritó una emocionada Emma.
Jason y yo evitamos soltar una carcajada, Chester la miró como si estuviera completamente loca y encendió el motor de un hermoso Dodge Charger azul metalizado, si algo tenía O'Connell era un buen gusto sobre los autos.
El camino a la casa de la fraternidad se basó en escuchar hablar a Emma sin parar sobre Ned, la duda me carcomía ¿Qué tan maravilloso podría ser? y ¿por qué no fui yo la que lo conoció? A mí siempre me tocaban los patanes, al parecer no tengo el encanto que Em tiene.
—¿En qué piensas?— Chester acarició mi rodilla para llamar mi atención.
Creo que deje de poner atención cuando por décimo primera vez, el nombre de "Ned" salió por la boca de Emma y ni note cuando llegamos a la enorme casa habitada solo por deportistas.
—Lauren cumple años en una semana— me encogí de hombros, no podía evitar ser sincera con él.
—¿Aún no sabes si iras?— preguntaba con cautela.
Respiré profundo, ella prácticamente detestaba que aún habitara el mundo y eso que ella es la causante de que yo estuviera allí, no era deseada por ella, dejé de recibir su amor después de que cumplí quince años, pasar tanto tiempo con un frio amor de madre te lleva apreciar todo lo que está a tu alrededor.
—En realidad sé que no iré— hice una pequeña mueca que solo iba dirigida a pensamientos con respecto a mi madre.
—¿Y si vamos juntos? Tal vez no seas bien recibida, pero no se podrá quejar, por lo menos lo intentaste— mi inteligente Chester siempre sabía qué decir para reconfortarme.
—Sería asombroso, te quiero mucho ¿lo sabes?— sentía como la sonrisa se dibujaba en mi rostro.
—¿Cómo no quererme? soy precioso— mi expresión pasó de "te adoro" a "necesitas bajar tu ego".
—Chester O'Connell dañando momentos preciosos desde el principio de los tiempos—comenté mientras descendía del auto.
Caminamos directo hacia la puerta, tenía que encontrar a Emma y conocer a su irlandés, estaba emocionada, la sonrisa de mi mejor amiga fue lo que más trate de conseguir después de que nos conocimos y ahora que alguien había logrado conseguirla quería saber cómo lo consiguió.
