Capítulo 4: "Débil"

14.9K 799 26
                                    

Una fuerte luz estaba cegándome, no me explicaba cómo, mis ojos estaban cerrados, los comencé a abrir poco a poco

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una fuerte luz estaba cegándome, no me explicaba cómo, mis ojos estaban cerrados, los comencé a abrir poco a poco. Maldición deje las cortinas abiertas, era domingo, quería dormir más, mi cara tenía expresión de una niña chiquita que fue obligada a levantarse temprano, de eso estaba segura.

Suspiré pesadamente mientras me estiraba, había dormido tan bien que aunque no era muy tarde me sentía completamente relajada. Limpie mis ojos, lo único que me hacía levantarme de la cama era terminar mi trabajo, una larga redacción no se hacía sola.

Emma seguía durmiendo de una manera muy graciosa, sus pies colgaban por fuera de la cama, su boca demasiado abierta y su pelo castaño totalmente revuelto, se podían ver los nudos entre sus ondulaciones. Tomé mi celular al lado de mi mesa de noche y le hice una foto, Instagram me lo agradeció con diez likes en menos de un minuto.

Probablemente se volvería loca por la foto pero me lo debía y no se podía quejar.

Abrí mi armario en busca de ropa cómoda, elegí un short negro y un suéter de ligero tejido y ancho color crema. Giré para verme en el espejo y asustarme un poco sobre mi apariencia, pero de todo lo que pensé ver nunca imaginé que sería una camisa blanca sobre mi cuerpo. Los recuerdos me asaltaron, sus manos sobre mí, su boca en mi entrepierna... ¡Dios, todo fue real! y solo quería abrazarme a mi misma y dar saltitos por toda la habitación, me apresuré rápido a coger mis cosas y correr al baño, no quería que nadie me viera y comenzaran las preguntas, sin contar que la más insistente sería Emma.

Agradecí que fuera domingo, así todas estarían durmiendo después de su alocada noche y los baños compartidos serían solo para mí.

Calmadamente desabroche cada botón con cuidado de no romper o dañar la camisa, la coloque con mucho cuidado en mi bolso.

Me duche enjabonando cada parte de mi cuerpo con calma, recordando la noche anterior... abrí los ojos de repente recordando que no le pregunté su nombre. Shampoo cayó en mis ojos haciendo que me ardieran como el infierno, era una idiota, no pregunté cómo se llamaba y acababa de auto lastimarme, aunque tenía el consuelo de que él sabia como llegar a mí y si me busco de nuevo fue por algo, aunque no era un buen consuelo.

¿Cómo sabía dónde encontrarme?

Emma estaba abriendo los ojos mientras yo cruzaba la puerta, su sonrisa bobalicona me dejaba saber que había ligado con alguien que realmente le gusto.

—Habla, sé que mueres por hacerlo— acomodé todas mis cosas de nuevo en su lugar y la mire esperando una respuesta.

—No sé de qué me hablas— traté de sonar casual con su voz adormilada, pero aun así su sonrisa la delataba.

—Esperaré a que quieras decirme— mentalmente conté hasta diez y mi cálculo no falló.

—¿Sabías lo dulce y sexy que puede ser un irlandés? Su solo acento te conquista, los ojos azules te matan y su pelo rubio lo complementa perfectamente— aquí íbamos de nuevo, lo único que podía hacer como amiga era escuchar —Ned es la cosa más dulce que he conocido, me trató como una princesa, no intentó sobrepasarse conmigo y me invitó a cenar esta noche, además prometió traerme temprano a casa porque mañana tengo clase, es algo así como amor a primera vista, mamá estará orgullosa de ver a su futuro yerno— habló como a mil por hora, ya se estaba casando con un hombre sin ni siquiera ser su novia.

TouchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora