32 - Puedes Amar

12.7K 869 176
                                    

Los celos de amigos eran raros. Nunca los había entendido hasta que una chica dijo en mi clase que otra chica le quería quitar a su mejor amiga y que eso le molestaba. "Es lo que siento", pensé.

—El amor suele estropear amistades, de eso estoy 100% segura —dijo mi amiga clara durante una clase cuando el profesor no estaba.

Mi mejor amigo Max estaba enamorado. Eso me molestó mucho porque tuve miedo que se alejara de mí. Eran los celos que yo sentía por esa chica, celos de amistad, celos de que me alejaran de mi mejor amigo. Max había salido con chicas, pero nunca lo noté ni me dijo estar enamorado, hasta que un día encontré en el escritorio de su cuarto una carta donde él había escrito sus sentimiento hacia alguien.

Nos enojamos, mejor dicho, yo me enojé con Max, y lo dejé en su habitación luego de gritarle. Fue culpa del amor, por eso estaba molesto con todos.

Al día siguiente de enojarme con él, o con el amor, ya ni sabía, me sentí muy mal. Yo quería mucho a mi mejor amigo, por eso una incomodidad no me dejó tranquilo después de la discusión.

Mis pasos se pusieron pesados cuando decidí ir a su casa para disculparme. Parecía que mis zapatos se estaban volviendo de plomo. Si Max estaba enamorado, yo tenía que aceptarlo y darle mis felicidades por haber elegido a su futura esposa.

— ¡Te encontré! —me sorprendió Max sin haberme percatarme que me venía siguiéndome.

Max me abrazó muy fuerte desde la espalda. Yo supuestamente estaba enojado con él, o mejor dicho, él tenía que estar enojado conmigo por no comprenderlo como mejor amigo ni desearle felicidad por haber encontrado el amor de su vida.

Su sonrisa tan natural me sacó de cuadro.

—Por qué vienes a mí y me tratas como si nada. Ayer me porté muy mal contigo.

—Solo estabas celoso, lo comprendo. Si Caramel saliera con chicas seguro también lo estaría y mucho. Eso es muy seguro porque tú eres mío.

—Pero...quiero que sepas que está bien que te guste alguien. Yo no tengo derecho a decir de quien tienes que enamorarte o no.

—Caramel, salgamos a pasear todo este día —dijo ignorándome.

Sus palabras me hicieron sentir como si esa salida que proponía iba a ser la despedida de nuestras salidas como amigos y que después estaría 100% junto con su amor, a quien yo no conocía.

—Cómo es ella —pregunté sin pensar.

El me miró muy animado e incluso pensé que sus ojos azules brillaron más de lo común. Seguro en ese momento estaba visualizando a esa persona, pero yo solo me imaginaba a una niña muy bonita, pegajosa y entrometida, como solían ser sus enamoradas.

—Es amable, inteligente, a veces pierde el control, no puede controlar los celos y es una persona realmente muy hermosa.

—Me alegro por ti —dije sin mirarlo.

—Pero está fuera de mi alcance.

—Qué dices, fuera de tu alcance, eso es poco probable. Seguro que es una chica muy orgullosa.

—Sí lo es, pero no es por eso.

—Quizá... ¿No será una actriz de cine? Debe estar fuera de tu alcance, eso debe ser, un amor platónico —dije algo divertido.

—No lo está. Puedo tocar su rostro si deseo, así como toco el tuyo, y cuando lo hago se siente muy bien.

—Ya no importa —dije retirando su mano de mis mejillas—. Entonces sé feliz. Sigamos siendo amigos, ¿ok? Ahora tengo tareas que hacer, así que nos vemos luego.

—No — se negó jalándome del brazo—. Salgamos todo el día.

—No, no me parece buena idea. Sería mejor que salgas con esa chica, la que te gusta.

—Te he dicho que salgamos juntos todo el día, ¿quieres? Ya sabes que Caramel está sobre cualquiera.

El amor quizá solía separar amigos, quizá los amigos obsesivos exageraban, pero las atenciones de Max me inspiraron confianza de que nunca nos alejaríamos, y pese a todo, siempre estaríamos juntos; quizá él estaba enamorado de alguien, pero comprendí que tenía que amoldarme aunque mis celos de amigo a veces solían dominarme.

AUN SIEMPRE SERAS TÚ |1RA PARTE|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora