capitulo 68

8.6K 369 7
                                    

Anteriormente:
--Pero ya paso, así que no importa.
--Bueno…-hubo un momento de silencio - Fue hermoso lo de anoche… – me miro con ternura y me beso en la frente – No sabes todo lo que siento por ti, eres la única que hace a mi corazón latir… por favor, por favor no te alejes de mí…

--No lo haré… – le sonreí tiernamente – tu tampoco…
--Jamás… ¿Me oíste? Quizás… no me creas y pienses que te dejaré… pero no, créeme, jamás te dejaré...- me comenzó acariciar mi mejilla.
--Te amo… - dije aun con una sonrisa en mi rostro.
--Me encanta oír eso de ti – me miro a los ojos – yo también a ti, te amo – me dio un pequeño beso en los labios.
Me fui a mi casa y subí a mi habitación, recordé que nuevamente me tenía que tomar otra pastilla, baje a la cocina por un vaso de agua y dejé la caja en la mesa, me la tome y subí a mi cuarto. Estuve ahí por unos minutos mirando televisión junto a Sabina, sentí que la puerta se habrían y voces de personas se escuchaban, baje por las escaleras y vi a mis padres entrando por la puerta de la sala.
--Hola cariño – dijo mi madre.
--Hola ¿No que llegaban mañana? – pregunté.
--Era hasta hoy día, además mañana trabajo – contesto mi padre – ¿Hay algo de comer? – preguntó.
--Ordene pizza de zanahorias – dijo Louis bajando las escaleras – Hola ¿Cómo llegaron?
--Pensé que esa cosa no existía… - musito Sabina caminando al lado de su hermano.
--Bueno si existe porque yo pedí – dijo él.
--Claro… ¿Dónde hay? – interrumpió mi papá.
--En la cocina – respondió Louis - ¿Cómo la pasaron?
--Bien – contestó mi madre – Fue relajante…librarme de ustedes dos días – soltó una carcajada.
--Qué graciosa mamá – reí sarcástica – Iré arriba un rato, estaba mirando televisión.
--Yo igual – me acompaño Sabina. Subimos por las escaleras y nos sentamos en la cama para prender la tele, al poco rato mi mamá nos llama con un tono de voz serio y seco. Bajamos a donde estaba ella nuevamente, nos quedamos una al lado de la otra mirándola fijamente ya que se notaba enojada.
--¿Qué paso? – pregunté un poco tímida.
--Me pueden explicar ¿Qué significa esto? – saco su brazo detrás dejando ver la cajita de pastillas. Quedé callada sin decir ni una palabra, soy tan tonta ¡Como no me di cuenta! Sabina giro su cabeza levemente mirándome, yo solo estaba ahí tiesa sin moverme ni nada - ¡¿Me van a decir?!
¡¿De quién de ustedes es está cosa?!
--Eh…- musité nerviosa.
--¡¿Van a decir o no?! – grito exaltada.
--Yo…- murmuré.
--Son mías…tía, son…son mías… - murmuro Sabina – Las pastillas…son mías – Quede perpleja mirando a mi prima. Mi mamá abrió los ojos como plato y la quedo mirando un poco decepcionada.
--¿Sabes lo que hiciste? – Ella estaba callada con la vista hacia abajo- ¡Responde niñita!- me miro- ¿Tú sabías algo de esto? – se dirigió hacia a mí, yo me quede callada, me sentía tan cobarde por lo que acabo de hacer - ____ déjame hablar a solas con tu prima – Mire a Sabina, ella asintió con la cabeza para que me fuera de ahí. Subí las escaleras y me quede agachada para saber de que hablaban, pero no se diferenciaba completamente lo que decían. Me siento tan mal por haber dejado a mi prima en ese problema, siendo que la que debería estar ahí abajo recibiendo el sermón de mi madre debería ser yo y no ella, yo soy la cobarde que no dije que fui yo la responsable de eso. Si solo fuera tan valiente para bajar y decirlo todo. Me pare de donde estaba, baje las escaleras y mire a mi madre que estaba aun regañando a Sabina que estaba con la cabeza agachada.
--Mamá… - ella me miro junto con Sabina – Emm…las pastillas, no son de Sabina, son…son mías – confesé tímida, me miro peor que miro a mi prima.
--¿Por qué no lo dijiste? ¿Por qué dejaste que tu prima quedará como la culpable? Sabina… lo siento, ____ siéntate, vamos hablar – dijo seria. Vi como Sabina se fue de la sala, me senté en una de las sillas del comedor, arrugue un poco el chaleco que traía puesto por mis nervios. Mi mamá se sentó en frente de mí y me quedo mirando.
--¿Por qué te compraste esto? – Me pregunto seria – Ósea, obvio que por eso… ¿Tú tienes la menor idea de lo que hubiera pasado si no te compras estás cosas? Hija… ¿Qué te pasa? Tu, tú no eres así… eres más concentrada en tus estudios ¡Nunca pensé que mi hija a la edad que tienes ahora puedas haber perdido tu virginidad!
--Mamá… - musité.
--¡No! Déjame hablar, tú me escuchas ¿Oíste? ¿Con quién fue? ¿Con quién? ¿Ese niñito rubio con el que era tu amigo? ¿Zayn…? – Solo asentí y permanecí callada - ¿El te dijo que lo hicieras no? ¿Te obligo? ¡Mírame cuando te hablo! – Levante la vista en ese preciso instante con los ojos un poco llorosos - ¡¿Te obligo ese chico, no?! ¡No quiero que lo veas nunca más! ¡¿Oíste?! ¡Te prohíbo que veas a ese chico!
--¡No me obligo el mamá! – grité.
--¿Qué tanto griterío? – dijo mi padre que entraba por la puerta.
--Pregúntale a tu hija – me miro enojada. No miré a mi papá ni a mi mamá solo subí las escaleras mientras lloraba y entre a mi habitación dejándome caer en la acolchada cama mientras mis lágrimas seguían sin parar.

[ Tu eres mi nerd ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora