Capítulo 44

5.5K 450 52
                                    

Desperté con los brazos de Jared rodeando mi cuerpo y una sonrisa se plantó en mi cara rápidamente, me giré con cuidado de no despertarlo y observé su hermosa cara descansada y sin ninguna expresión. Observé sus largas pestañas y sus carnosos labios. Con mis manos toqué sus finas facciones empezando por sus pómulos después su barbilla sus gruesas cejas y remarcando el contorno de sus labios.

— Entiendo que me quieras mucho, pero eso no te permite violarme. — dijo Jared sin abrir los ojos y con una sonrisa en su cara.

Mi sonrisa creció aún más y besé sus labios con amor. Él me estrechó aún más contra su cuerpo y besó mi frente dejándonos en un abrazo.

— Oigan chicos, ¿ya despertaron?... ¡¿Qué diablos?! — Mason entró repentinamente y cubrió sus ojos cuando vio la postura tan comprometida en la que estábamos. — Por favor díganme que tienen ropa.

Jared y yo nos reímos ante su reacción y Karla entró confundida a nuestra casa de campar.

— ¿Quién no tiene ropa?— miró a Mason con las cejas fruncidas y después me miró a mí y a Jared, que por cierto nos habíamos separado un poco.

Karla abrió sus ojos oscuros con impresión y su boca en una sonrisa abierta y después gimió como niña pequeña.

— ¡Oh, mi Dios! — gritó emocionada. — Ustedes dos tuvieron sexo. — susurró y gritó al mismo tiempo arrugando su nariz junto a su sonrisa.

— ¿Qué? — dijo Mason fulminándola con la mirada y luego a mí. — No me digan que es cierto, es demasiado.

Suspiré con la sonrisa aún en mi cara y me senté en el colchón con las sabanas rodeándome.

— ¿Y tú, Mason? — no quité mi sonrisa. — ¿No tuviste sexo?

Miré a Karla quien cambió su sonrisa por una pervertida y miró a Mason, pero después se dio cuenta de que nosotros también estábamos ahí y un sonrojo reemplazó su expresión anterior.

— ¿Que qué? — dijo Mason nervioso. — ¿Yo? Eh... No... Es que... No. — miraba a todos lados menos a mi cara.

— Oh, vamos. — dijo Jared pasando su brazo por mis hombros y mirándolos con una sonrisa. — Las capas de la casa son delgadas, traten de no hacer tanto ruido a la otra.

Mason se sonrojó por completo y yo me reí fuertemente mientras Karla se reía nerviosamente.

— Gracioso... Yo, eh, es decir...— se removía nerviosa y luego alzó su dedo indicando que una idea había surgido en su cabeza. — ¡Uh! ¿Tienen hambre? Apuesto a que sí.

Salió de la casa jalando a Mason del brazo platicando su idea para el desayuno y de cómo el clima estaba hermoso y finalmente nos dejaron solos.

Mi sonrisa no se borraba de mi cara y Jared besó mi cuello por atrás y después subió poco a poco.

— Apuesto a que la noche anterior te encantó. — ronroneó en mi oreja. — Deberíamos repetirlo más seguido...

— Chicos, Karla dice que la comida está lista y me mandó... — Helen se quedó estática.

— ¿Cuántos más van a poner esa expresión?— dijo Jared alejándose y poniéndose de pie con tan solo sus bóxers negros. — Buenos días. — pasó por el lado de Helen y salió al lago que habíamos encontrado mientras revisábamos el perímetro.

Mordí mi labio y puse un dedo en mi labio observándolo salir de la casa, me apoyé en mi antebrazo para poder ver a Helen. Mi cabello rubio platino caía por un costado dejando sus ondas caer libremente.

Solté mi labio y le sonreí mientras levantaba mis cejas con una expresión de "¿Qué te digo?"

— Oh Dios mío. — dijo Helen. — ¡Tuvieron sexo! — Helen hizo la misma expresión que Karla había hecho con su nariz pero ella cerró los ojos y gritó susurrando. — ¡Joder!

— Cállate. — le tapé la boca. — No quiero que nadie se entere.

— ¿Que nadie se entere? Por favor, la tela de la casa no es gruesa. Apuesto a que todos escucharon si quiera un pedazo de lo que pasó. — movió sus cejas sugestivamente.

— Ay por Dios. — me tapé la cara riendo.

— Tienes que contarme t-o-d-o. — se sentó en la cama. — ¿Estuvo bueno? ¿Qué tal él? ¿Cómo es? ¿Se divirtieron? — puso cara pervertida.

— ¡No te voy a decir! — dije riendo.

— ¿Qué? ¿Por qué no? — frunció las cejas.

— Porque eso no se dice. — le dije levantándome y poniéndome ropa decente.

— Algún día tendrás que decírmelo. — dijo confiada.

— Venga, vamos fuera. — le dije empujándola de la casa de campar y dirigiéndonos a donde Karla estaba sirviendo la comida.

— Buenos días, Emma. — dijo un muchacho que era de los mejores guerreros que tenía. Su nombre era Alexander.

— Buenos días. — arremangué las mangas de mi blusa y les di una sonrisa a todos.

— ¡Vaya! Alguien está de buen humor. — dijo Leik cuando Pame dejó de decirle algo al oído y después empezaron a reír.

— Eso es porque alguien tuvo una noche interesante. — dijo Pame sugestivamente.

— Muy interesante. — dijo Leik siguiendo su broma.

— Supongo que ese alguien no fue la única en tener una noche interesante, ¿Cierto, Karla? — todos miraron a Karla quien se atragantó con su comida.

— Eh, ¿Qué? ¿Yo?— seguía tosiendo y me reí.

Una brisa llegó de nuevo haciendo que todo pasara como si fuera cámara lenta.

Tenemos que esperar, no podemos tomarlo aún, Aroc... Es peligroso, ellos son más que nosotros.

Trae las tropas entonces.

No empezaré una guerra... No aún.

Entonces llevemos como rehén al que está en el lago, el de alas marfil.

Las últimas palabras hicieron que el tiempo dejara de pasar lento, y rápido volteé al lago donde Jared nadaba tranquilamente.

— Jared. — me levanté rápidamente y tomé la espada que Milton me había dado corriendo hacia el lago.

— ¿Qué? ¡Emma! Espera. — gritó Helen confundida detrás de mí.

Pero yo no ralenticé mi paso y en vez de frenar en el borde del lago me lancé nadando por debajo para que, quien fuera que estaba aquí, no notaran mi presencia hasta que se acercaran más.

Ahí está... Tómalo antes de que alguien lo vea.

Nadé más rápido sintiendo la presencia de demonios cerca y tomé a Jared de la muñeca haciendo que se asustara y de la orilla trajera un arma que puso justo en mi cuello cuando me sacó del agua.

Respiré pesadamente mientras él me veía confundido.

— ¿Emma? — me soltó.

— Quería acompañarte. — dije sin dejar de observar su rostro pero teniendo una vista amplia de los lados.

— ¿Estás loca? Te metiste con ropa. — dijo con las cejas fruncidas.

— ¿Ah sí? No me di cuenta... Supongo que estaba ocupada viendo tu trasero que no dudé ni un segundo. — le sonreí.

¿Otro ángel?

¡No es un ángel! Es un supremo, no podemos llevarnos a su líder. No la tendremos si la llevamos con nosotros.

Lo sé... vámonos.

Lo último me relajó y pegué mi cabeza con la de Jared. Me besó y lo besé y después dejé todo lo que me rodeaba por tener la sensación de sus labios en los míos.

Emma, la caída de un ángel (Saga Genus #1)Where stories live. Discover now