Capítulo 7

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— ¿Más lista que eso? — pregunté con curiosidad dándome cuenta por primera vez que no era humano y peor aún, que sabía sobre lo que trataba de ocultar.

Me miró a los ojos pero no detecté ninguna señal de peligro.

Y lo que era más raro... se me hacía muy familiar.

Esa melena rubia, esos ojos de un color miel peculiar, esa curvatura en su boca al pronunciar la letra E, esa postura tan familiar.

— ¿Crees que Milton no tardará en buscar aquí? — me preguntó.

Yo no sabía qué contestar.

— No sabía que Elián fuera el ex comandante de Milton... — lo miré tratando de descifrar algo.

— Pues ahora que lo sabes huye. — se acercó a la puerta y salió. Lo seguí. — Porque no tardará en llegar. — Y extendió sus alas sacudiéndolas ya en el aire.

Tuve la tentación de seguirlo, pero sabía que Milton estaba al acecho y cualquier movimiento hecho por mí, marcaría mi derrota.

No lo seguí, pero tomé su consejo.

Yo misma sabía que Milton no tardaría en revisar mortal por mortal hasta encontrarme.

Me preparé mentalmente para el encuentro.

Pero a decir verdad los movimientos de Milton, ahora no eran predecibles. Y no sabía si me buscaría inmediatamente o esperaría.

De igual manera tendría que estar preparada.

Esta vez no iba a ser él el que ganara.

(...)

Mi celular sonó. Era Jared.

Pulsé la opción de contestar y acerqué el teléfono a mi oreja.

— ¿Hola? — empecé.

— Nef. — respondió Jared del otro lado de la línea.

— ¿Qué pasa? — dije confundida por su repentina llamada.

—Aún no terminamos el trabajo, ¿recuerdas?

Me pegué en la frente señalando mi torpeza.

— ¡Qué tonta! Lo había olvidado por completo. — dije en modo de disculpa.

— No te preocupes. Justo de eso quería hablar. — esperó un momento. — Algo le sucedió al profe de Literatura, no han especificado qué, pero eso significa que las clases de Literatura las tendremos libres durante una semana mientras el profe se recupera. — terminó.

Claramente este suceso me heló la sangre.

Podía ser una casualidad... o no.

— Qué bien. — dije sin entusiasmo. — Entonces tenemos tiempo de revisar el trabajo.

— Aún nos falta la opinión personal. — dijo. — Pero revisamos y después la agregamos.

— Me parece perfecto. — le dije. — Entonces, ¿el lunes en mi casa?

— Te veo ahí. — después colgó.

Mire el celular y me debatí.

No podía seguirle, me estaba claro. Pero tampoco podía dejar las cosas así y fingir que nada sucedió.

Mi celular sonó de nuevo y dando un suspiro, contesté sin ver el identificador.

— Diga. — dije sin mirar un punto fijo.

— De nuevo yo. — habló Jared al otro lado de la línea.

— Ah... Hola Jared. — sonreí un poco corrigiendo mi postura. — ¿Qué pasa?

— Eh... Me preguntaba si podíamos salir de nuevo. — sonaba nervioso.

— Claro. — dije sonriendo abiertamente. — Me encantaría.

— ¿De verdad? — contestó sorprendido.

— Por supuesto.

— ¡Bien!

— ¿Qué día propones? — le dije con una sonrisa plasmada en mi rostro.

— Diría que esta tarde. — respondió rápidamente.

— Está bien. — dije riendo un poco por su repentina respuesta.

Jared ríe dándose cuenta y suspira.

— De acuerdo. Entonces nos vemos en Demons&Angels a las 5:00.

— Claro.

— Te veo pronto. — y colgó.

Demons&Angels bar y restaurante. Pero mejor nombre no pudieron elegir...

Observé el reloj de la pared 12:30 p.m.

Tenía tiempo.

(...)

Mis sentidos más alertas que nunca.

El aire erizando mi piel.

— Neftalí. — llamó Jared.

Lo vi por un momento. Esos ojos.

— Lo siento. — suspiré. — Tengo muchas cosas en la cabeza.

— ¿Aine y Elián? — preguntó.

— No. — compuse mi postura en la silla. — Ellos no son el problema.

Lo observé un momento a los ojos. Él merece la verdad ¿no?

— Supongamos que... — entrelacé mis manos apoyándolas en la mesa. — Me topé a alguien... — dudé un momento. — Alguien de mi pasado, pero yo no recuerdo quién es...

— ¿Y te incomoda? — preguntó con intriga.

— No. — fruncí el ceño sin mirar un punto fijo. — Me resulta familiar, eso es todo.

— ¿A quién te recuerda?

Lo pensé por un momento.

No me había detenido a pensar en ello cuando tenía a ese no mortal cerca. Pero ahora que lo recordaba, se parecía a...

— Mi hermano... — dije perdida completamente en mis pensamientos.

— ¿Tu hermano? — preguntó intrigado.

— Sí... — me perdí totalmente en sus ojos.

Mason...

— Neftalí. — llama Jared. — ¿Estás bien?

— No. — dije sintiendo mi cabeza dando vueltas. — Sería mejor que me llevaras a casa.

— De acuerdo. — dijo Jared tomando su chaqueta rápidamente y pidiendo la cuenta.

Pagó por fin y me ayudó a llegar a su coche.

— Neftalí. — llamó mi nombre claramente preocupado y a juzgar por su cara, mi aspecto no habría de ser muy agradable.

Asentí con la cabeza dándole a entender que lo escucho.

— Pronto estaremos en casa no te preocupes. — encendió el auto y condujo por las calles.

Ése era el problema...

Mi casa, mi hogar, mi familia o lo que quedaba de ella... Estaba a millones de kilómetros de la tierra.

Yo no regresaría a casa, y mucho menos ahora.

Era lo que me mantenía intrigada lo mismo que me ataba de nuevo una y otra vez al pasado haciéndome imposible mandarlo por un abismo.

No encontraba la forma de ligar todo, mi mente era un alboroto y con éste mortal haciendo estragos en mi estómago no podía pensar con claridad.

Emma, la caída de un ángel (Saga Genus #1)Where stories live. Discover now