Capítulo 2

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— El proyecto de esta semana será un ensayo sobre historias míticas. — dijo el maestro de Literatura.

Suspiré aburrida y moví mi lápiz entre mis dedos.

— ¿De qué lo hacemos, Neftalí? —preguntó Jared a mi lado, muy atento a lo que estaba haciendo con mis dedos.

— No lo sé. — dije viéndolo a los ojos.

— ¿Qué te pasa? — preguntó Jared buscando mi mirada. — Te veo más desanimada de lo normal.

— Nada. —dije recomponiendo mi postura.

— De acuerdo... — dijo viéndome y después a su libreta. — ¿Qué te parece hadas? — negué con la cabeza. — ¿Dioses nórdicos? — negué de nuevo dando por hecho que no era el tema. — ¿Lobos? — me quedé pensando mientras observaba mi libreta.

— Ángeles. — dije sin querer mientras observaba la pluma guardada entre mis apuntes y me di cuenta de mi error demasiado tarde.

Observé a Jared anotándolo en su libreta. Mi mente estaba vagando muy lejos para decir eso.

— Bien. — dijo mirándome de nuevo. — Los ángeles no son un mito.

— ¿Has visto alguno? —pregunté divertida.

— No. — contestó igual de divertido. — Pero tengo la certeza de que existen. — asentí con la cabeza y agaché la mirada.

— Entonces... — dije un tanto incómoda. — ¿Ángeles caídos? — propuse.

— ¿Crees que sea cierto que un ángel caiga por un pecado? — preguntó Jared con el ceño fruncido. Asentí con la cabeza y volví a mover el lápiz entre mis dedos.

— No necesariamente por un pecado. — señalé. Jared me miró con una ceja levantada. — ¿Qué? Tú nos pusiste en ésta tesitura. — fruncí el ceño y observé mi libreta evitando su mirada.

— Nada... No pasa nada. Eres interesante, es todo.— sonrió.

— Eres el único que piensa eso. — señalé a las chicas delante de nosotros que nos veían como si fuéramos algo de otro mundo.

— ¿Desde cuándo te importa lo que dicen los demás? — preguntó Jared.

— Desde que tú empezaste a hacerme cumplidos. — dije bromeando.

— Bueno, centrándonos en el tema de la caída de un ángel. — dijo Jared evitando mi mirada. — ¿Dónde crees que terminen?

— ¿A qué te refieres? — pregunté algo confundida.

—Sí, si caen ¿dónde están?, ¿entre nosotros? — me preguntó como si fuera especialista en el tema.

— No lo sé, Jared. — contesté moviendo mi cabeza. — Es sólo un mito.

— Tienes razón. — dijo apuntando algo en su libreta.

— Jóvenes. — llamó la atención el profesor. — No tendrán tiempo de investigar aquí ni de ponerse de acuerdo porque vamos atrasados con los libros. — dijo recorriendo el salón con la mirada. — Se tendrán que reunir en casa. — di un resoplido y miré a Jared.

— Tu casa. — le dije rogando con la mirada que aceptara.

— Piedra, papel o tijera. — propuso.

Lo pensé un momento y asentí con la cabeza. Pusimos nuestras manos y yo extendí mi palma simulando el papel, mientras que Jared hacía el signo de la paz simulando una tijera. Revolé los ojos con indignación pues las tijeras cortaban el papel.

Emma, la caída de un ángel (Saga Genus #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora