Capítulo 43.

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Eran las seis con treinta de la mañana. Los chicos yacían dormidos en el suelo de mi habitación, excepto Louis, quien se encontraba a mi lado, con su brazo alrededor de mi cintura. Por la razón que Niall no era el que rodeaba mi cintura con su brazo era gracias a Lou y a papá, quienes eran bastante morbosos, y no querían "escuchar ruidos a mitad de la noche". Odiaba cuando papá insinuaba esas cosas. Bueno, no lo culpo...
Mi ojos se perdían entre cada póster que llenaba mi pared, entre cada dedicatoria hecha por los chicos el día de ayer, y entre tantos recuerdos que me traía ver cada esquina de mi habitación. No podía creer que era hora de abandonar el nido y lanzarme a mi propia aventura con los cincos amores de mi vida. Giré mi cabeza hacia los chicos al sentir un leve ronquido proveniente de los labios de Zayn. Lo observé dormir unos momentos. Era extremadamente tierno al hacerlo. Sus labios se estiraban, como si en cada sueño besara a su princesa, a esa que sé que tanto anhelaba. Mi vista cambió a Liam, quien se giró, quedando de espalda al suelo. Sus ojos estaban pasivamente cerrados, como si simplemente pensara, sin dormir, en todas las cosas que quiere lograr, en todos sus sueños por realizar. Sus ojos se abrieron. En definitiva, no estaba durmiendo. Sonreí al ver que su vista fue fijada en mí.
-Hola-susurró parpadeando con delicadeza.
-Hola, madrugador-reí por lo bajo.
-¿Disculpa? Veo que llevas despierta más que yo-me mostró su lengua, frunciendo el ceño. 
-Lo sé... esto no es normal-musité pasando una mano por debajo de la almohada, y apoyando mi cabeza en ésta.
-¿Nerviosa?-alzó las cejas en una sonrisa.
-Un poco-confesé-. Nunca he estado fuera de casa por más de un mes.
-Es normal-su mirada mostraba comprensión-. Cuando viajé hasta aquí, jamás pensé que sería por siempre. Me asusta el cambio, pero a la vez, uno de vez en cuando hace bien.
-¿Te gustó haber venido hasta aquí?
-Claro que sí-sonrió-. Conocer a Louis y a ti fue realmente genial. Los amo, en serio, los amo. Me alegra mucho haberte conocido. Nos alegraste... en especial a una persona-su índice apuntó en repetidas ocasiones al dormilón de mi novio.
Mis ojos recorrieron desde el rostro sonriente de Liam hasta el serio de Niall. Seguía profundamente dormido, tal como un bebé, sólo que con una pizca más de ternura. Una sonrisa se dibujó en mis labios. Mi corazón se aceleró al verlo ahí, tan simple, tan perfecto, tan él. Sus hermosos ojos cubiertos por esos hermosos párpados. Jamás me cansaría de decir lo precioso, perfecto y adorable que era. 
-Él completó mi vida-susurré sin dejar de observar a mi novio.
-Tú eres la suya, ______-murmuró-. Te pido que jamás le hagas daño, sólo eso.
-Liam, jamás le haría daño. No me nace... no quiero hacerle daño. Lo amo más que a mi orgullo, y pregúntale a Louis cuán orgullosa soy-reí.
-Te juro que no me lo imagino-se burló arrugando su linda nariz.
Reímos, intentando hacer el menor ruido posible, y todo acabó en un reconfortante silencio que irrumpió en mi habitación. Creo que ambos teníamos mucho qué pensar. Volví mis ojos hacia mi pared, y el primer póster que apareció antes mis ojos fue el de McFLY. Sonreí al ver esa foto tomada en la época de Navidad, dentro de esas coloridas cajas, tan felices como siempre. Sin perseguir sus sueños, jamás hubieran llegado a mi habitación. Y eso era lo que yo quería: atrapar mi sueño. No era el ser famosa, ni mucho menos, sólo quería ser feliz. Mi sueño era ser feliz, y al fin lo estaba alcanzando.

Honey Kisses |horan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora