Capítulo 23.

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Era realmente normal que al lado de Niall los días y las noches se me pasaran volando, por lo que, en un parpadeo, yo ya estaba recién despertando de un gran sueño que el día de ayer en la playa trajo a nosotros.
-Bonita...-escuché susurrar a Niall a un lado mío de nuestra cama-. Despierta, debo decirte algo...
-¿Qué?-murmuré volteándome opuesta a él; en serio no me apetecía abrir los ojos.
-Vamos, mírame-besó mi mejilla, ocasionando que una fuerte corriente eléctrica me recorriera de pies a cabeza-. ¿Sabes qué día es hoy?
-Qué sé yo.. Martes, Jueves... no sé-cubrí mi rostro con la almohada.
-¡Por favor, ______, es tu cumpleaños número diecisiete! Arriba-tomó mis manos con una fuerza tan grande que logré quedar encima suyo y con sus brazos acorralando mi cintura. Mi rostro se escondió en su pecho y mis ojos aún no tenían el valor de abrirse.
-Feliz cumpleaños, bonita-susurró, y logré percibir una sonrisa en su rostro.
Logré abrir mis pesados ojos y alcé la vista con dificultad para poder admirar esos perfectos ojos azules que tan loca me tenían.
-Gracias, hermoso-sonreí tímida.
Besé sus labios fugazmente justo antes de arrodillarme en la cama, y notar ese gran pastel que ocupaba gran parte de la mesita de noche. Era de chocolate con hermosos dibujitos al centro de ésta. ¡Era perfecto! Todo lo que él era capaz de hacer lo era. Contemplé la torta, lo contemplé a él, y así por un par de segundos, hasta que me decidí por lanzarme a sus brazos nuevamente, mientras llenaba cada parte de su rostro con innumerables besos y sonrisas totalmente merecidas.
-¡Gracias, gracias, gracias!-exclamé sin dejar de besarlo.
-No agradezcas. Todo lo hago porque te amo.
-¿Y todo lo hiciste solo?-reíste mientras te sentabas a su lado.
-La verdad es que no-sonrió tímido-. Tuve una pequeña ayuda.. ejem...
En un dos por tres, cuatro risueños chicos llenaron la habitación de globos y regalos envueltos en grandes cajas con moños celestes, mi color favorito. Mi sonrisa fue del tamaño del universo, y mis ojos se acuaron de alegría infinita con el simple hecho de ver a Louis con esa eterna sonrisa que me brindaba confianza total.
-¿Sorpresa?-rió mientras se sentaba en la cama para besar tu mejilla.
-¡Lou, dime que no estás molesto!-mordí mi labio inferior justo antes de acorralarlo en mis brazos.
-¿Cómo me preguntas eso?-se carcajeó-. Claro que lo estoy-mi rostro se confundió-. Pero sólo quiero que seas feliz, y si Niall te hace feliz, estoy bien.
-Eres el mejor-besé su mejilla-. Gracias por venir y por existir.
-No agradezcas, pequeña.
-¡Ya no es una pequeña!-interrumpió Liam-. Ella ya tiene diecisiete años, Louis.
-¡Liam!-exclamé antes de aferrarme a su cuello-. Gracias por venir.
-¿Y no hay abrazo para mí?-Zayn bajó su labio inferior tiernamente.
-¡Claro que lo hay!-reí mientras me ponía de pie e iba a su encuentro.
¿Y para qué mentir? Al momento de ver a Harry todo se volvió bastante incómodo. Mis ojos lo evitaron a toda costa, pero no pude negarle un frío beso en la mejilla y un seco "feliz cumpleaños" salió de sus labios. Odiaba llevarme mal con la gente, pero no podía hacer nada; no quería hacer nada respecto a eso, pues él de verdad me hizo sentir bastante mal.
No quería pensar en eso. Sólo quería disfrutar junto a las personas que más amo. Sólo esperaba hacer de ésto un gran día.

Honey Kisses |horan|Where stories live. Discover now