Capítulo 10.

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Eran casi las de 6 de la mañana y no había pegado un ojo en toda la noche. ¿Cómo podría decirle ahora a Niall que lo que yo sentía por él era lo mismo?
Caminé hacia la ventana de mi cuarto y de un sólo movimiento corrí las cortinas. El sol recién se estaba despertando; recién venía a hacerme compañía. Sonreí cansada hacia la nada; después de todo, me había enterado de que Niall sentía lo mismo por mí. Arreglé un poco mi cabello y, lentamente, bajé hacia el primer piso, intentando no despertar a nadie. Pero como siempre hacía todo lo contrario de lo que quería, segundos después escuché la voz de mi mejor amigo desde su habitación. Corrió rápidamente en mi búsqueda al momento en que yo mordía mi labio inferior y alzaba mi vista para no demostrarle que mis lágrimas estarían a punto de caer.
-______, ¿estás bien?-preguntó alarmado una vez al frente mío.
-Claro, Lou. ¿Por qué no estarlo?-me encogí de hombros con la sonrisa más falsa del mundo.
-Te conozco, insecta-acarició mi mejilla.
Y una vez más, señor Tomlinson tenía razón: él sí me conocía.
-Louis, me siento horrible-me dejé caer en sus fuertes brazos.
-Hermosa, ¿qué sucedió anoche?-preguntó firme.
-¿A-anoche?-tartamudeé buscando sus ojos.
-Sé que algo pasó anoche. Escuché tu voz, tus pasos... no me puedes mentir, linda.
-Tienes razón-bajé la vista-. ¿Podríamos salir al patio?
-¿Por qué no vamos al parque? No creo que quieras llorar aquí, ¿cierto?
-Deja de adivinar mis pensamientos-reí pasando mis dedos por debajo de mis ojos, eliminando el rastro de gotas saladas.
-Jamás-pasó su brazo por mi cintura y salimos en dirección al auto.
Para estar en verano, el día no estaba muy lindo. El sol aún no se mostraba por completo, y al parecer, tampoco lo haría. Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo al sentir cómo el viento soplaba mi rostro y desordenaba mi cabello.
-Suba, señorita-Louis abrió la puerta del copiloto mientras una sonrisa se formaba en el rostro de ambos.
-Gracias, señorito-reí al momento en que éste cerraba la puerta.
Lo seguí con la mirada todo su camino hasta la puerta del piloto mientras mi cabeza se apoyaba en el respaldo del asiento. Cerré mis ojos justo antes de que Louis hiciera partir el auto. Sabía a la perfección que no sería un viaje muy corto, como también sabía que no nos dirigíamos al parque de la vuelta.
-¿Te gustaría comenzar ahora?-susurró desviando sus ojos de la carretera.
-Está bien-me acomodé y aclaré mi garganta. Luego de un largo silencio, comencé a hablar-. Harry y yo nos besamos ayer.
Sus ojos se clavaron confundidos en mí, pero no dijo nada; sólo me dejó continuar.
-Pero el problema es que no me gusta. Me gusta...
-Niall...-susurró.
Lo miré por unos eternos cinco segundos antes de seguir con mi enredada historia. No quise decir más, pues sabía que Louis conocía mis pensamientos al revés y al derecho.
-Y hoy en la madrugada, me encontré con Harry en la cocina y, bueno... nos besamos. Pero él me pedía más y más-sentí cómo mi voz se debilitaba-.No le hice caso a sus peticiones; simplemente corrí escaleras arriba y vi a Niall salir del baño. Me partió el alma ver su amplia sonrisa dirigirse a mí. Sentí que le había fallado, sin siquiera enterarme de qué era lo que él sentía por mí. Luego de decirle cómo me sentía, él me confesó que yo le gustaba... Ahora no sé cómo decirle lo que pasó con Harry. No quiero lastimarlo, pero tampoco le puedo ocultar ésto. ¿Qué puedo hacer?
Escuché cómo un suspiro se escapaba de sus labios al momento en que estacionaba el auto justo al frente de un gran lugar, en el cual lo único que se podía apreciar eran árboles, césped y más árboles. Bajamos del auto en silencio y nos dispusimos a caminar en dirección a la nada, mientras sentía cómo entrelazaba su mano con la mía. Cualquier persona que nos viera pensaría que somos más que simples mejores amigos, pero nos bastaba saber a nosotros mismos que éramos como hermanos.
-Princesa-suspiró-. ¿Qué crees que deberías hacer tú?
-No lo sé... quizás decirle la verdad.
-Exacto. Tú lo amas, lo sé, pero no puedes ocultarle ésto por no hacerlo sufrir. Sufriría de todos modos. Hazle saber que lo que hiciste fue un grave error. Lo entenderá. Quizás no lo conozco al cien por ciento, pero estoy seguro de que comprenderá.
-¿Louis?busqué su mirada.
-¿Sí?
-Eres el mejor amigo que alguien pudiera tener. Me alegra que seas así conmigo. Te debo demasiado.
-No me debes nada, hermosa. Lo hago porque te quiero demasiado.
-Jamás terminaría de pagarte por todo, Lou-me aferré a su cuello a llorar. No podía creer aún que existiera alguien que me hiciera sentir tan especial como Louis, mi mejor amigo, mi hermano mayor. Estaba agradecida por todo lo que éste hermoso chico de ojos azules hacía por mí.

Honey Kisses |horan|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora