Capítulo 29: Entre prendas y pasteles

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Capítulo 29

Entre prendas y pasteles



ALESHA

El dolor de cabeza que sentía fue lo que despertó a la magoi de su sueño, desorientada, con la boca seca y una punzada potente en su sien.

¿Dónde estaba? Después de que la luz dejó de cegarla por un momento, reconoció el cuarto de Taesung, las sábanas suaves y lisas le llegaban hasta debajo de la barbilla y se sentía sofocada. Las quitó, su garganta era como lija.

Su teléfono estaba en la mesa de noche y sonaba varias veces. Cuando lo desbloqueó, que le tomó varios intentos, la habían agregado a un grupo con Jaehyeon, Nora y Taesung. Alesha lo lanzó al otro lado de la cama.

Taesung abrió la puerta del baño, se veía el vapor dentro del cuarto y él tenía una toalla envuelta en su cabeza, bermudas azules y un suéter gris -Oh, mira quién por fin despertó.

Alesha volvió a acostarse, tapando sus ojos con el brazo -Apaga el sol.

-¿Así como te apagaste tú ayer?

Alesha frunció el ceño -¿Eh?

Escuchó a Taesung moviéndose en el cuarto, revisando algo dentro de su gavetero -No sé, tal vez me refiera a cuando te fuiste a un cuarto con Nora.

Alesha se levantó de golpe, sintiendo otra punzada en la sien que ignoró. Por un segundo, había olvidado por completo lo que pasó.

Porque no solo había llegado hasta ahí, después que salieron del cuarto, Alesha y Nora bailaron aún más, besándose sin importarles quién las viera. Y Alesha tomó licor de pixie hasta perder la consciencia.

Los recuerdos volvieron a ella con rapidez, los labios de Nora en su piel, en su boca, el sabor del licor, lo suave de su cabello blanco, las molestas luces de colores y la música alta. Miró a Taesung con los ojos como platos y jadeó.

-Sí -imitó su jadeo, volteando un par de medias con el logo de un superhéroe en sus manos.

-Joder, Tae.

-Ajá, joder -el magoi tenía la mirada endurecida, y su tono un deje de molestia que solo escuchaba en pocas ocasiones.

-¿Cómo sabes lo del cuarto?

-¡Porque las vi! ¡Las vi besándose!

-Entonces ahora sí sabes lo que significa ir a un lugar más privado -le dijo, refiriéndose a Harsal.

-¡¿De qué hablas?! -alzó un poco la voz. Y Alesha quedó mirándolo, preocupada.

Alesha y Taesung habían acordado que, a pesar de su compromiso, no se pondrían límites para que estuvieran con otras personas. Formalmente, no estaban en una relación. A pesar de haberlo intentado, de besarse y pasar mucho tiempo juntos, no podían verse de otra forma que no fuera como su otra mitad que les complementaba. Cualquier cosa romántica que sintió por Taesung, cercano a los trece años, se fue tan rápido como llegó.

Sin embargo, nunca había pasado nada realmente que pusiera a prueba esas libertades. Alesha era la primera en hacerlo y, aunque le había gustado, su corazón se encogió al ver a Taesung molesto, y una nueva ola de nervios se había instalado en ella, susurrando que tal vez le había hecho daño a Taesung.

Después de un silencio que sintió largo y pesado, le preguntó -¿Estás molesto por lo que hice?

El magoi suspiró y se sentó junto a Alesha -Estoy preocupado -ella comenzó a jugar con el borde de su pijama lila, que no había notado hasta ahora que llevaba puesta en vez de su disfraz-, los vampiros no son exactamente tus mejores amigos y luego pasó todo eso ayer -su voz ya no sonaba dura, sino que se escuchaba con el tono que lo caracterizaba, suave y tranquilo. Y con una leve capa de estrés al final- y me preocupa en lo que te estés metiendo, Al. Y con quién lo estás haciendo. No quiero que salgas herida y verte drogándote con pociones porque no puedes dormir por las pesadillas.

Zemblania: Máscara de seda y secretos [LIBRO #1]Where stories live. Discover now