Zemblania: Máscara de seda y secretos [LIBRO #1]

Capitulo 15: El débil Kwon

Capítulo 15

El débil Kwon

TAESUNG

Le docere se había retirado repentinamente luego de recibir un llamado por alguien y el aula se sumió en murmullos. Jaehyeon había abandonado el lugar como alma que lleva el diablo hacía ya una hora y Taesung temía que algo no andara bien. Sí, el kumiho tenía sus asuntos y no todo se relacionaba a los magoi, pero la expresión oscurecida del zorro antes de retirarse sin decir palabra no predecía nada bueno, y luego del llamado al docere una bruma de misterio inundó el espacio una vez regresó la figura de autoridad.

—Por órdenes superiores solicitamos a los presentes no abandonar la academia hasta nuevo aviso —le docere de piel azul habló con seriedad, pero su voz se quebró en la última palabra—, estamos en código negro. Por ahora no podemos revelar información detallada.

Alguien en el aula alzó la mano y se le dio palabra —¿Qué significa código negro?

—Ha fallecido un estudiante dentro de los terrenos de la academia.

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Taesung no contó con tiempo suficiente de buscar a Jaehyeon, apenas y pudo escribirle a Alesha para asegurarse de que estuviera bien y al preguntarle si sabía algo más, solo recibió por respuesta que manejaba la misma información que él.

Luego de eso fue directo a su habitación, tenía pautadas lecciones con su familia y ahí estaba ahora, en el Espacio Sagrado Kwon, rodeado de jóvenes vistiendo según distintas épocas y escuchando a algún tío abuelo hablar sobre los correctos aterrizajes. Este año cumpliría veinte y realizaría sus primeros saltos monitoreados. La clase hubiese sido útil antes de hacer su primer salto clandestino, aunque podría aplicar las técnicas de aterrizaje para el siguiente.

Si les estuviera prestando atención, claro.

Las preguntas sobre el estudiante fallecido inundaban su mente ¿Quién era? ¿Qué edad tenía? ¿A qué especie pertenecía? ¿Qué le pasó?

—¡Taesung! —el hombre canoso llamó en tono fuerte, sacándolo de sus pensamientos y trayéndolo de vuelta. Algunos primos reían de él entre murmullos.

—S-Señor —respondió, parpadeando y estirando la espalda, pero se sintió encoger dentro de su suéter.

—Que pases al frente, dije.

Maldijo para sus adentros, sin embargo hizo lo que se le ordenó, levantándose hacia el círculo con las runas del portal. Sintió un mal sabor de boca al levantar la mirada y encontrar a las otras cinco personas sentadas con sus cuerpos inclinados al frente y ojos brillantes, expectantes, más bien como quien espera que alguien haga el ridículo al intentar bailar por primera vez.

El hombre le dio una fecha en el espejo negro donde escribía, una poco relevante. De hecho, era del día anterior, y el lugar siendo el patio de la casa de Kwon Juwon, en Ansan, Corea del Sur.

La voz de Taesung tembló al recitar el encantamiento para viajar con el reloj y perdió de vista las múltiples miradas de los jóvenes para caer en la bruma de magia amarilla y finalmente en un duro suelo de cemento, agua le salpicó de un charco. Había pasto, también mojado, su trasero dio con la superficie equivocada y una pequeña piedra, convenientemente puntiaguda, dio contra la palma de su mano.