Capítulo 41: Sujeto A

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Capítulo 41

Sujeto A



TAESUNG

No volvería a salir de su cuarto.

Es más, no volvería a salir del baño. El agua del lavamanos corría por sus manos sin cesar, y Taesung cerró sus ojos para sentir solo eso.

Decirle a Alesha fue un bochorno, peor que un bochorno. Fue tan vergonzoso como soñar que estaba desnudo en medio de una muchedumbre. Un sueño recurrente para él.

Su amiga había permanecido unos sólidos diez minutos con la boca tapada y los ojos como platos, lo cual no lo hacía sentir mejor.

No sabía si le acechaba más el hecho de que todo su presente sea un posible efecto mariposa por lo que había hecho esa noche; que probablemente Nora, Mizhar y Jaehyeon tuvieran que morir junto a Klaus —el día que sucediera— y que estaban vivos como parte de una paradoja que Taesung ahora tendría que encargarse de mantener porque sino, probablemente, ni siquiera existiría hoy en día si no fuera por eso. La posibilidad de que toda su vida sea no más que el efecto colateral de una falla.

O haber besado a Jaehyeon.

Y no solo un beso, sino así.

Y para colmo, su cabello sí es tan suave como pensó que sería.

¿Debería sacarse estos recuerdos también?

Dejó salir un sonido en frustración, empapó su cara reiteradas veces y se enderezó, encontrándose con su reflejo —¡Te odio!

Tuvo demasiada suerte de haber bloqueado de sus mentes los recuerdos sobre Klaus y la identidad de Jia siendo Alesha, porque de lo contrario estarían más fritos.

—Llevas media hora ahí —Alesha apareció por el marco de la puerta—, se te van a arrugar las manos.

—Le echamos la culpa de todos nuestros problemas en vano —respondió en tono moribundo.

Alesha hizo una mueca —Igual y él no fue muy amable al inicio.

—Él no es tonto.

—Y que lo digas —rodó los ojos.

—Sabe que cambiar el más mínimo suceso puede alterar las cosas, solo siguió todo al pie de la letra.

—Así que, a partir de ahora, ¿él no sabe lo que sigue?

—No debería.

—Joder, ya no podemos hacer trampa —tronó los dedos.

—¡¿Estás demente?!

—¡Es lógica! —entró al baño para tomar una toalla y secar el rostro, aún mojado, de Taesung— Si supiera lo que viene, podríamos saber qué hacer con esa criatura fastidiosa que no nos deja tener una vida universitaria normal.

Taesung frunció las cejas. La criatura, cierto, estaba seguro de que debería saber algo sobre eso, pero no estaba claro en qué.

—¿Qué pasa? —Alesha detuvo la toalla en su barbilla.

Taesung negó y apartó sus manos, dando una bocanada de aire —No es nada.

La magoi se cruzó de brazos —Tus ojos no dicen eso.

«Tus ojos no guardan secretos».

¡Ugh!

Lo recorrió un escalofrío ante el recuerdo y salió del baño, buscando zafarse de Alesha.

Zemblania: Máscara de seda y secretos [LIBRO #1]Where stories live. Discover now