Capítulo 3: Digno

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Capítulo 3

Digno


TAESUNG

Taesung tomó una bocanada de aire y se aferró al reloj en su collar antes de ingresar al aula que le correspondía esa mañana, optó por sentarse en la esquina más cercana a la puerta, solo por si acaso.

No era usual en su familia que se realizaran estudios externos a la educación en casa, después de todo, no se necesitaba. Si había un grupo de personas que podían proporcionar información de calidad, sin duda era la familia Kwon. Historia de todo tipo e incluso fuentes que no se conseguirían de ninguna otra manera.

Aunque es lo mínimo si perteneces a la familia de magoi de mayor estatus que tienen como poder, nada más y nada menos, que el dominio del flujo del tiempo.

Se sentía como parte de una organización de los cómics de Marvel.

Pero con gran poder viene gran responsabilidad. A pesar de que tenía el reloj colgado de su cuello, no estaba en edad de usarlo sin supervisión. El poder de realizar saltos en el tiempo era demasiado delicado como para que se diera permiso de usarlo libremente antes de los veinte años. Aunque cada miembro directo del linaje Kwon recibía su propio reloj desde los diez, junto con sus estudios sobre historia de la dimensión humana y de Lilura, la dimensión mágica. Se puede pensar que es demasiado arriesgado colgar un reloj mágico en el cuello de un infante de diez años y decirle que no lo use hasta los veinte, pero es exactamente para forjar la responsabilidad desde tan temprano.

Ahora mismo, mientras un Kumiho que conocía bien por fotografías hacía acto de presencia en el aula, Taesung solo quería activar su reloj y aparecer en alguna selva de Hawaii en los 90.

¿Era muy tarde para enviar una carta de retiro de la academia?

El kumiho batía suavemente sus colas a sus espaldas mientras caminaba con paciencia por detrás de su silla y Taesung podría jurar que le dio un coletazo a propósito.

El aire se contuvo en sus pulmones, su mano viajó instintivamente de vuelta al collar cuando la silla a su lado se arrastró y el otro tomó asiento.

Maldita sea.

—Kwon —le sonrió el kumiho—, qué sorpresa ¿estamos en el mismo curso?

El brujo no respondió, miró a los alrededores. La mesa era muy larga y tenía suficiente espacio para sentarse en cualquier otro lado, ¿por qué tenía que ser ahí? Sus ojos vagaron por el lugar, contando unos doce seres que ya estaban en sus asientos, todes a distancias prudentes entre sí.

—Oye —la silla sonó de nuevo, el kumiho ahora estaba con su cuerpo inclinado hacia él y apoyaba una mejilla sobre su palma—, no me faltes el respeto, estoy siendo amable —extendió la mano—. No nos hemos presentado. ¿Cómo me dirijo a ti?

Él —se maldijo por responder, jugando con un cuerillo en su dedo—. Sé quién eres —murmuró Taesung. Rápidamente tomó sus cosas e hizo ademán de levantarse, pero una mano lo sostuvo por su hombro de vuelta al asiento.

—Ah-ah —negó el kumiho con un dedo. La sonrisa petulante seguía plantada en su rostro y su mirada bajó por un milisegundo al reloj antes de regresar a sus ojos—. Por favor, no planeo incomodarte, solo quiero conversar. Cuéntame ¿cómo está tu tía?

Taesung parpadeó —¿Qué?

Jaehyeon se encogió de hombros —¿Kwon Heejin?

—No la conozco.

Zemblania: Máscara de seda y secretos [LIBRO #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora