Capítulo 27: Tercer salto

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Capítulo 27

Tercer salto



ALESHA

Taesung tocó la puerta blanca que tenían en frente, por segunda vez. Era mil setecientos cincuenta, el primer viaje que —según las fechas— habían hecho. El viaje donde el grupo de vampiros, y Jaehyeon, los conocerían por primera vez.

A pesar de que esta era su tercera vez viajando en el tiempo, se sentía más nerviosa. Un paso en falso y podrían arruinarlo todo.

—Es una casa de vampiros, no sé qué tanto pueden tardar en escuchar la puerta —Alesha murmuró y recibió un «¡shh!» por parte de su acompañante.

La casa estaba en un pequeño pueblo de Estonia, la estructura contaba con dos pisos y un amplio terreno, pero lo suficientemente apartada como para no llamar la atención.

Taesung volvió a tocar y una mujer humana abrió la puerta, de contextura rellena y mejillas rosadas. Su cabello castaño se escapaba por su gorro de tela blanco y tenía manchas de haberse limpiado las manos en el delantal, de lo que parecía cobertura de algún pastel.

Alesha no tenía idea de lo que la mujer dijo, pero dada su pequeña reverencia supuso fue una disculpa. Taesung, siendo genial, respondió en el idioma. La magoi solo se limitó a pararse detrás de Taesung y escucharlo hablar, mientras la brisa fría se colaba por su vestido y resistió el impulso de empujarlo dentro.

Taesung le hizo una seña para que lo siguiera y fueron guiados por la mujer a una salita, donde se les anunció. Mizhar y Jaehyeon los esperaban ahí, y Alesha tuvo presente el pequeño detalle de que Taesung nunca dijo su apellido a la mujer.

Alesha reconoció que Jaehyeon maldijo en coreano una vez vio los relojes en sus cuellos y se levantó con estruendo del sofá, e hizo un gesto fantasma al lugar donde debería estar su katana en su cinturón. Sorpresa la de Alesha al ver una luz desplegarse del aire y materializar la katana en sus manos.

Suspiró, Taesung la empujó un poco hacia atrás. Bueno, al menos aquí no hace frío.

—No venimos por ti, Jaehyeon —Taesung se apresuró a decir, mirando también a Mizhar, quién estaba un paso por delante de Jaehyeon—, pero tenemos que hablarles de algo importante.

—¿Y por qué les debería creer a ustedes? Kwon y... —los ojos del zorro se posaron sobre Alesha en una mueca de genuina confusión— ¿Quién coño eres tú?

—Lo sabrás cuando nos dejes ver a Klaus —tuvo que contener la necesidad de sacarle la lengua.

—Lo que quieran hablar con él pueden decírnoslo a nosotros sin problema —Mizhar caminó hasta estar frente a ellos, su tono de voz era un poco pasivo agresivo, y su cuerpo estaba tenso.

—Es sobre los Van Darte —dijo Taesung—. Permítanos una audiencia con Klaus, con todos ustedes. Venimos a ayudar.

Mizhar compartió una mirada con Jaehyeon y fue claro el debate en los ojos de ambos. El kumiho negó suavemente, pero Mizhar pareció ignorarlo —Vengan con nosotros.

Alesha vio cómo Taesung soltó aire ante la respuesta y siguieron a Mizhar. Jaehyeon, aún con la katana afuera, se posicionó al final de la fila. Alesha se fue al lado de Taesung al subir las escaleras y dio un apretón en su mano. El magoi le dio una mirada y ella asintió para darle ánimos. Aquí era donde podría estar lo más difícil, convencer al grupo completo.

La casa no era muy grande, tenía cuadros de otras personas en las paredes, aparentemente humanos. Todo era de madera clara y tapizados azul cielo, con mucha entrada de luz natural. Una acogedora vivienda familiar.

Zemblania: Máscara de seda y secretos [LIBRO #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora