Capítulo 16 // ¡Feliz cumpleaños, Cameron!

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Este capítulo va dedicado a @isa55bel883 por todas las risas que me sacó hablando por Twitter y por una muy buena idea que me dio. Gracias por ser tan buena lectora. ♥

Capítulo 16 // ¡Feliz cumpleaños, Cameron!

Emma.

—¡Ay, mierda, mierda, mierda!— Chillo cuando se me cae una pila de platitos de plástico al piso.

Me apresuro a juntarlos rápidamente y salgo corriendo hacia la sala, donde están Brenna y Lou decorando toda la sala.

—¿La decoración ya está?— Pregunto, agitada.

Hace unos días hubo un cambio de planes repentino. Lou me avisó que ya no podríamos usar su casa para la fiesta y me las tuve que arreglar para organizar todo el cumpleaños de Cameron en nuestro departamento, lo cual es bastante problemático teniendo en cuenta que la casa de Louise es tres veces más grande que la mía.

La peor parte fue tener que avisarles a todas las madres de los niños que el lugar se cambiaba. Fue realmente agotador. Primero, porque todas ellas son extremadamente tiquismiquis y metiches. No les bastó con preguntarme más de cuatro veces por qué no celebramos el cumpleaños en un gran salón como ellas están acostumbradas a hacer y dejarme sin palabras ya que no sabía cómo explicarles que es porque nuestros ingresos no son los mismos sin que me tengan pena, sino que también más de una hizo comentarios desagradables sobre el barrio en el que vivimos. Y no es que sea un barrio peligroso, sino que no es el típico distrito privado de millonarios al que ellas están acostumbradas.

Incluso una de ellas me avisó (ni siquiera preguntó) que vendrá al departamento para asegurarse de que todo esté "lo suficientemente higiénico para su niñito Philip".

—Faltan algunos globos y está terminada— dice Brenna antes de ponerse a inflar uno.

Murmuro un "perfecto" y vuelvo corriendo hacia la cocina. Estuve así durante toda la mañana. Lo único bueno es que el universo parece haber tenido piedad de mí, ya que por suerte, el festejo cayó en un sábado, por lo que puedo olvidarme durante algunas horas de todos los trabajos pendientes que tengo.

Cierro mi habitación y la de mi madre con llave para que los niños no se cuelen y regreso a la sala. Acomodo por séptima vez en el día los platos con snacks y miro a mi alrededor, asegurándome de que todo está perfecto. Coloco mejor los cojines del sofá y suspiro.

Recuerdo que hay unas pizzas en el horno y corro hacia la cocina a la velocidad de la luz.

—Puta madre de la maldita...—despotrico por lo bajo mientras saco la bandeja del horno, pero cuando veo que no están quemadas me tranquilizo—. Ah, están bien.

Voy hacia la habitación de Cameron y golpeo su puerta.

—¿Ya estás listo?

—¡Ya...! ¡Ya casi!— Dice entre quejidos.

—¿Necesitas ayuda?— Pregunto al escucharlo gruñir otra vez.

—¡Sí, por favor!

Al entrar a la habitación, me encuentro a Cam literalmente atascado en su camiseta y tirado en la cama, batallando con ella. Está intentando meter la cabeza en la manga derecha y los dos brazos en el agujero más grande.

—Cameron, por Dios. Así no se pone— me río—. Si tú sabes cómo prepararte, ¿qué pasó?

Le quito la prenda por encima de la cabeza y él tiembla del frío. Se la coloco bien y él corre hacia el espejo para verse.

—Te falta el abrigo—le digo—. Ven a ponértelo que hace frío.

Mi hermano camina hacia mí de nuevo y se deja poner verde, muy obediente.

Sinfonías Internas ©Where stories live. Discover now