Capítulo 18 // La traición, la decepción, hermano.

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Capítulo 18 // La traición, la decepción, hermano.

Emma.

—Pasad— murmuro como un cadáver desde el sofá al oír los golpes en la puerta.

—¡No tenemos llave!— Exclama Brenna.

Cierro los ojos por un momento y lanzo un suspiro cansado antes de levantarme. Me apoyo en la pared cuando se me nubla la vista y espero unos largos segundos hasta que vuelve a la normalidad.

Camino hasta la entrada tambaleándome un poco y cuando abro la puerta con mi mejor cara de muerta, Brenna y Louise hacen una mueca.

—Bueno, definitivamente sucedió algo— murmura la segunda.

Me aparto para dejarlas pasar y ellas lo hacen. Vagueo de nuevo hasta el sofá y me desplomo sobre él, desganada. Me quedo mirando la tele con desinterés y ellas se sientan a mi lado después de dejar una bolsa en la mesa. En realidad, ni siquiera sé qué se está reproduciendo. Puse lo primero que me apareció.

Al instante, la imágen de Jagger haciéndonos ver Harry Potter y dándole de comer a Cameron se me viene a la cabeza y el pecho comienza a dolerme.

Oh, no. De nuevo no, por favor.

Ayer, después de que él se fuera, subí en silencio al departamento y me metí en la ducha. Mentiría si dijera que no lloré. Y no quiero hacerlo de nuevo, me llegaron a doler los ojos ayer.

Las chicas, al percatarse de que no contestaba, dijeron que iban a venir. Y dicho y hecho, aquí están, observándome con preocupación.

—Emma, ¿qué ha sucedido?— Pregunta Brenna suavemente.

—Jagger King. Eso ha sucedido— murmuro mientras me envuelvo en una manta hecha una bolita.

Pasan unos segundos desconcertantes de silencio hasta que la rubia chilla:

—¡Ese hijo de puta! ¿Qué ha hecho? ¿Hay que matarlo? ¡Vamos a matarlo!— exclama. En otro momento, me hubiera reído por sus instintos protectores, pero no ahora.

—Jagger no ha hecho nada— arrastro las palabras, recordando la horrible manera en la que le hablé—. Soy yo el problema.

Las chicas se callan y comparten una mirada. Brenna es la que habla primero:

—No creo que tú seas el problema, Emma. A lo mejor fue un malentendido o algo así. ¿Qué sucedió?

Jagger no te preguntaría qué sucedió porque él ya lo sabría.

Entierro la cara en un almohadón y lanzo un suspiro antes de mirarlas por primera vez desde que llegaron.

—La he cagado.

—Bueno, si especificas un poco más te lo agradeceríamos, Emmita. Somos divinas, no adivinas— asegura la rubia.

Desvío la vista hacia el piso y me quedo meditando con la mirada perdida.

—¿De verdad lo queréis saber o solo preguntáis por decencia humana básica?

—¡Claramente nos interesa, Emma! Eres nuestra mejor amiga, queremos saber por qué estás tan...

—... especial— termina la morena por ella.

—Ya sé que estoy en la mierda, no hace falta que lo suavicen— musito por lo bajo.

—Bueno, pero queremos saber por qué estás así— asegura Brenna agarrándome una mano con delicadeza—. Nos preocupas. Cuéntanos qué sucedió y te ayudaremos.

Lleno mis pulmones de aire y abro la boca, pero antes de poder hablar, una picazón en los ojos me interrumpe. Cierro la boca y la abro varias veces hasta que finalmente digo:

Sinfonías Internas ©Where stories live. Discover now