Capítulo 28 // Lo que no muere.

18.8K 1.1K 1.4K
                                    


Capítulo 28 // Lo que no muere.

Jagger.

En cuanto veo la expresión en el rostro de Emma, sé que algo va mal.

Me acerco por detrás y por encima de su hombro, llego a ver lo que la tiene así.

Es un artículo de nosotros. El título es "El guitarrista de The Mines, Jagger King, es descubierto teniendo un romance con una universitaria llamada Emma Davies".

Me trago un suspiro. Joder. Sabía que esto pasaría. Tendría que haber pasado hace mucho, de hecho, pero lo ignoré a completa conciencia. Ahora, viendo todas las imágenes nuestras, desde el principio de nuestra relación hasta ayer en la tarde, no me cuesta mucho adivinar qué fue lo que sucedió y quién está detrás de esto.

Siento a Emma temblar contra mi cuerpo y le quito el móvil de la mano con suavidad para dejarlo en su mesita de luz. La doy vuelta y la envuelvo con mis brazos, sabiendo que eso siempre logra calmarla.

Y así es. Ella se deja rodear y me corresponde colocando sus brazos alrededor de mi cintura y apoyando una mejilla en mi pecho.

—Jagger, ¿viste eso? Éramos nosotros— susurra—. Todo sobre nosotros.

Yo le beso la coronilla de la cabeza y acaricio su espalda sobre la tela de la toalla que aún mantiene.

—Sí, lo vi.

Emma levanta la cabeza para buscar mi mirada.

—¿No estás...?

—¿El qué?— interrogo.

—¿Sorprendido? ¿Asustado? ¿Arrepentido?— pregunta.

—No tengo motivos para estar asustado o arrepentido— aseguro—. ¿Y tú?

Pasan unos segundos hasta que ella vuelve a recostar su bello rostro sobre mi corazón.

—No. Creo que no. Si tú no lo estás, yo tampoco debería, ¿cierto?— inquiere, más para sí misma que para mí.

—Exactamente. Esto iba a pasar en algún momento— digo, intentando minimizar la situación para que no se asuste. Algo que no servirá para nada en cuanto salgamos a la calle y los buitres sedientos de información nos asalten en la primera esquina.

—No vas a meterte en problemas por esto, ¿verdad?— murmura.

—Claro que no— miento.

Ya estoy metido en problemas desde que huí del hotel en Suiza. Ni siquiera Martin se puso de mi lado en esto, y eso que soy su favorito. No me quiso ayudar a buscar otro departamento luego de que filtraran mi última ubicación y tampoco creo que me ayude con esto, a no ser que retome la gira, claro.

Bien. Por mí, que se meta su ayuda en el culo. Nunca he necesitado a alguien ni lo necesitaré.

Abrazo más fuerte a Emma, como si alguien estuviera a punto de entrar y arrebatármela. Vale, puede ser que ella y Cam sean lo único que necesito en esta vida.

—Si esto no es tan grave, ¿por qué me abrazas como si estuviera a punto de morir?— interroga, y la siento sonreír contra mí.

—Porque me encanta sentir tu cuerpo pegado al mío— admito, y ella se ríe, creyendo que es broma.

Emma se aparta un poco para poder verme a la cara y odio la preocupación que inunda sus hermosos iris. No me gusta ese sentimiento en ella. Solo quiero verla reír y brillar de felicidad cuando esté conmigo, no así.

—Pero hablando en serio, ¿cómo haremos esto? Ya no podremos salir tanto como antes, ¿verdad? Cameron debe ir a la escuela en unas horas y yo a la universidad— informa.

Sinfonías Internas ©Where stories live. Discover now