Sin clase

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Capítulo 6

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Todo está listo y en orden. Ada me había pasado a buscar a mi cuarto junto con sus guardias, ya que la invitada de honor debe llegar con la reina como muestra de aceptación en el reino. Según escuché, los ánimos no eran los mejores. El pueblo aún estaba en desacuerdo con que se gobernara sin la aprobación de La Corona, pues se sentían en la dictadura que antecedió a La Guerra de la Quinta Luna. Sin embargo, no había mucho que hacer. La familia real intentaba mantener la paz y la comodidad de sus habitantes mostrando apoyo político de Umbra, Lux y...La Tierra. Ese es el motivo por el que me dejaron volver a Tenebis. Apoyo político de la Tierra. Además, con eso justificaron la terquedad de Kilian hacia mi inclusión en los asuntos políticos del reino. Sinceramente, no sé cómo sentirme. Creo que le estoy causando muchos problemas a todos y que debo ponerle algunos límites a Kilian. Sé que quiere que sea parte de su vida, pero presionar de esta manera algo tan frágil como lo es un reino, se me hace muy peligroso. He intentado plantearselo, pero no quiere escucharme. Siempre responde "No te preocupes. No hay problema", "Todo el mundo te ama", sí, mi amor. Si todo el mundo eres tú, tienes toda la razón.

En el último pasillo posterior al Salón principal mis pies ya podían sentir la melodía de tambores, cuerdas y vientos. Las decoraciones en cristales se hacían bastante presentes. Una vez frente a la gran puerta, solo quiero huir. No me siento lista. Pero me reprimo a mí misma para mantener la compostura y por primera vez entre tantos pensamientos, me detengo a ver a Ada. Llevaba una falda larga que media como tres metros y daba una gran sensación de poder, toda la sona de su estómago estaba apretada en un corsé que brillaba como el metal recién pulido, sus brazos estaban cubiertos por unas mangas que colgaban a sus costados como olas de mar, su pecho adornado con un collar lleno de diamantes y sus pechos completamente descubiertos. Aparto mi vista de inmediato. Es entonces que todas las inseguridades de Kilian vienen a mi mente. Un momento. De verdad, creo que no estoy lista para esto. Demasiado tarde, pues las puertas se abren deslumbrándome con la galaxia misma. El techo transparente daba al cielo estrellado, tantos diamantes volando en el aire, pequeñas vías lácteas sobre las mesas y fuentes y el perfume a paz te daba la sensación de estar en medio de las estrellas. En cuanto bajo mi vista, encuentro la preocupación de Kilian en carne propia.

Las personas o estaban vestidas similares a Ada o completamente desnudas. Algunas tenían adornado su cuerpo con brillos, lo que parecían calcomanías e incluso imperiums de colores que nunca vi antes. Lo que más me llama la atención es que a la reina nadie le miraba el busto, todos iban directo a sus ojos—incluso me siento mal por haberlo hecho antes—. A pesar de la cantidad completamente excesiva de gente, cada uno de los presentes estaba vestido de una forma distinta; eso provocó que, por más que insistiera mi cabeza, no encontrara a Kilian por ningún lado. Hasta que a unos tres metros pude divisar a Nill. Estaba vestido con un corsé ajustado, en negro, sobre una camisa naranja sin mangas y unos pantalones mitad negros y mitad naranja. Es la primera vez que veo sus brazos y me doy cuenta de que están tatuados hasta el codo, además de la cantidad de cicatrices que rompen la estética de esos tatuajes. Eso me impacta bastante, no creía que Nill sería uno de esos chicos que se harían un tatuaje o se pusieran un piercing como los que tiene en las orejas y en la nariz. Quise saludarlo, pero no me vio y Ada me jaló hacia un costado para susurrarme al oído:

—¿Ves la fuente de allá?—Señala disimuladamente una fuente que estaba cerca de una escaleras y la cual parecía desprender, en lugar de agua, estrellas—Andá y esperá allá, por favor.

Obedezco. Francamente, no me encuentro en posición de anclar ningún pero. Así que voy hasta la fuente con la mirada de todos sobre mí y espero ¿Qué? No lo sé. Pero, entonces, las luces se apagan. El único mini-grito que se escucha es el mío. Oigo movimientos e intento seguir a la gente que parece voltearse hacia la escalera. Entonces, veo bajar con la más grata elegancia a Milia, vestida con un vestido al cuerpo transparente y con flores hechas en lo que parece cobre, las cuales cubren los laterales de su cuerpo y sus piernas por completo. Se ve hermosa. Lleva una tiara negra y unos aros a conjunto. Cuando pasa a mi lado puedo apreciar su espalda y el imperium de luz, apagado, pero que fue adornado como si se tratase de un sol. Me ignoró completamente. Supongo que ahora que nuestras vidas no corren peligro, no es necesario relacionarse conmigo.

KILIAN: Presas y cazadoresWhere stories live. Discover now