Virio

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Capítulo 3

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—Las manos adelante. Agárralo con firmeza. Sé que es pesado, pero no permitas que se caiga. Esto te salvará la vida.

Mamá me hacía levantar un sable verdadero por primera vez a los diez años. Era demasiado pesado para una niña que se distinguía por la flaqueza de sus músculos. A duras penas podía mantenerlo por cinco minutos y temblando.

—Cuando yo no esté, deberás valerte por tí misma. Sé fuerte e independiente, hija. Maneja la situación y ganarás.

Ella empuñó mi sable de plástico y se posicionó frente a mí. Sentí temor, a pesar de que yo tuviese el arma real, no quería ser golpeada por mamá; porque no había posibilidad de que le ganara.

—Cuando caigas—me dijo apuntándome con el plástico el cuello—, cae de forma que tu enemigo crea que nunca te volverá a ver. Toma aire y recupérate. Esa caída es solo un descanso. Antes de que tu contrincante pueda dar el golpe final, asegúrate de rebanar sus genitales.

Mis ojos se abren y mi recuerdo soñado es interrumpido por el ruido que provoca Kilian en los cajones.

—¿Qué haces? —le pregunto frotándome los ojos.

—Lo siento, no quise despertarte. Nill llamó para decirme que empaque algunas de tus ropas porque quizás no te gusten las prendas tenebianas.

—¿Por qué? Son bonitas.

Mi novio ríe un poco antes de incorporarse y darme un cálido beso en los labios. Su aliento es fresco, ya cumplió con su higiene matutina. Puedo sentir una fina y rasposa barba en su barbilla que me deja con la duda de cómo sería su imagen con algún tipo de vello facial.

—No. La ropa de combate se la copiamos a Lux. La nuestra es mucho más bonita.

—¿En serio?

—Bueno...—levanta una de mis playeras holgadas, de hace como tres años y con algunas manchas en ella—Más linda que esta, de seguro.

—Me encantará vestir ropa tenebiana—comento mientras me estiro en la cama—. También ya quiero verte con ella. En tu esencia natural.

Kilian ríe una vez más.

—No sé si es tu estilo, pero el lado bueno es que sabré si de verdad estás enamorada de mí.

Lo miro algo confundida ¿A qué se refiere? ¿La ropa tenebiana tendrá algún lector de mente? A estas alturas ya nada me sorprende.

De repente, la puerta del cuarto se abre dejando ver a un Nill cargado de bolsos y a un Dimitry con la sonrisa plantada en el rostro.

—Bueno, parece que ganaste tú esta vez. No están cogiendo—Todos sabemos de quién fue el comentario...

—Lamento que entremos así—se disculpa Nill—, es que Dimdim quería saber qué hacían.

—Oye, no me llames así en frente de otros—le susurra Dim dim ¡JAJA! en el oído.

—¿Por qué tanto equipaje?—pregunta Kilian.

—¿Tanto odiarás la ropa tenebiana?—me burlo de él.

—No, es lo que preparó Dimdim para mí—informa a desgana Nill—. Chiara, báñate y vístete. Nos vamos cuando termines.

Y antes de salir, el guardián le encaja todas las maletas a Dimitry con bastante enojo.

Kilian continúa guardando ropa como si nada, mientras yo espero que se vaya del cuarto para poder ir a bañarme.

—Kilian—digo con bastante cariño en la voz porque siempre es bueno decir las cosas de buena manera, ¿cierto?

KILIAN: Presas y cazadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora