El Verdadero Enemigo - Parte 3.

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Las estrellas nunca habían brillado con tanta intensidad como aquella noche, luego de que ambos lograran salir de aquel siniestro túnel que comunicaba el Red Moon Club con la guarida de la criatura conocida como Cat Brown. Los tres respiraron con alivio el aire de afuera, luego de que el único olor que percibieran durante horas fuese el de heces, sangre y otras cosas.

-Qué bonito es vivir.- dijo Vanessa, de pronto haciendo un bailecito de triunfo por haber logrado salir de aquel lugar sin que nada malo hubiese pasado.

-Espera un momento. Vanessa, nosotros no salimos por aquí la primera vez. Estamos en Battery Park, y la última vez salimos en el Bronx. Es como si el túnel fuese una línea del subterráneo alterna a la actual.- dijo Benjamin al observar que se encontraban justo ante una puerta que daba a un baño público en el extremo sur del Bajo Manhattan, justo frente al puerto.

-¿Y eso qué importa? Salimos de las catacumbas secretas de Nueva York.- dijo Vanessa, quien miró a Benjamin como si lo que él acababa de decir era una blasfemia.

-Ella tiene razón, Benjamin. Allá abajo no era un buen lugar para permanecer.- se unió a la conversación el detective, quien se restregaba los ojos por la luz de los altos rascacielos que iluminaban el pequeño parque cercano a Wall Street, la zona 'diamante' de la ciudad.

-Vaya aventura que nos hemos lanzado esta noche, ¿eh?- Vanessa se sacudía sus blancos brazos con delicadeza, tratando infructuosamente de quitarse la mugre que los impregnaba a los tres.

- Nunca más volveré a ver la vida como antes de toparme con ustedes dos.- admitió el detective, quien tosió levemente luego de esas palabras, producto del aire viciado de aquel túnel misterioso.

Ahora que estaban afuera, las ideas de Benjamin estaban empezando a aclararse. El extraño momento en el túnel en el cual vislumbró nuevamente el asesinato de su madre a manos del sádico de su padre le había hecho cambiar, ver las cosas desde otra perspectiva. No dejaría que su plan de vengana quedara impune, aún cuando los causantes de la muerte de sus amigos estuviesen tan muertos como ellos, tal y como lo presenció más temprano esa misma noche en el Red Moon Club.

Todavía podía ver los rostros de los asesinos, bañados en sangre, algunos desmembrados y junto a ellos docenas de otras personas más. Otro vampiro se encontraba en la ciudad y obviamente tenía los mismos intereses que él. Recordó de pronto lo que le había dicho a Vanessa dentro del túnel.

-Enséñame a usar las habilidades de vampiro.- le dijo a la chica pálida y con un flequillo de pelo negro que le cubría un ojo, que se hallaba recostada de un árbol.

-Claro, querido.- dijo Vanessa, acercándose a él. Una vez que estuvo a una distancia  lo suficientemente cercana como para tocarse mutuamente, habló de nuevo.

-Sólo debes seguir tus instintos. No debes pensar en nada, vaciar tu mente de toda idea e imagen, de toda sensación o emoción. Tu mente debe estar tan muerta como tu cuerpo.- Vanessa hablaba en tono teatral mientras decía esto, pero al parecer lo decía en serio, pues sus ojos estaban entrecerrados, haciendo que su mirada esmeralda se acentuara más.

Para Benjamin esto no era tarea fácil pues cada cosa que él hacía estaba programada. Cada aspecto de su existencia tenía una razón de ser, y poder 'vaciar' su mente como le indcaba Vanessa era más complicado de lo que parecía.

-Esto se ve interesante.- dijo el detective Samuel Moore, recostado en el mismo árbol donde hacía unos minutos se encontraba Vanessa.

-Sólo espera y verás lo intereante que se puede poner, detective.- dijo Vanessa, dirigiéndole al hombre mayor una sonrisa llena de picardía. El detective le devolvió la sonrisa.

Vrykolakas: La Venganza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora