Capitulo 29

2.4K 120 13
                                    


“Guau.” Una amplia sonrisa se propaga a través de mi cara cuando llegamos al final de la escalera y me inclino sobre la barandilla para ver su delgado cuerpo mientras ella hace su camino a una puerta. “En realidad cerraste con llave.”

Freya mira por encima del hombro hacia mí, con el cabello muy rizado saltando de un lado a otro como siempre lo hace. “Por supuesto que sí,” ella responde, dándose la vuelta para mirar lo que está haciendo. “Sé que los chicos son tus hermanos de fraternidad, pero no me fío de ninguno de ellos.”

“¿Ni siquiera de Seth?” Levanto mis cejas, empujándome a mí mismo lejos de la barandilla mientras empuja la puerta de mi habitación para abrirla. A mi pregunta, sólo respira una carcajada – y yo que pensaba que le agradaba Seth.

“Está bien, pero él es un chico,” Es su única explicación. Y en realidad es una muy buena. “Uh, bueno voy a conseguir mi mochila y luego nos podemos ir.”

“No he estado en esta habitación por un tiempo,” murmuro a mí mismo, pero creo que ella me escuchó porque había dejado de hablar. Echo un vistazo a Freya, al ver que ella ya me está mirando y camina dentro de la habitación. “Creo que lo perdí.”

Mientras camino a mi cama, la oigo suspirar por el otro lado de la habitación y en un principio recoge el par de camisas para las que originalmente llegó a la casa. El plan consistía en conseguir la ropa que dejó cuando ella se quedó aquí e ir a mi apartamento, pero ahora pienso que tengo un poco por lo que quiero quedarme. No he tenido este sentimiento básicamente desde que llegué aquí por primera vez.

“¿Qué estás haciendo?” Cuestiona, falsa molestia en su voz cuando me acuesto sobre el colchón y coloco mis manos detrás de mi cabeza. “Vamos, la fiesta está obviamente empezando y yo no-“

Freya”, me quejo y frunce los labios, dándome una mirada escéptica. “Olvídalo. Ven aquí.”

La lámpara justo afuera de mi habitación hace que sea fácil verla poner los ojos, pero aún hace su camino alrededor de la cama hasta que ella está en el lado derecho de la misma. “Estámos perdiendo el tiempo.”

“¿Tienes algo que hacer esta noche?”

“… No sé.”

“Entonces cállate,” murmuro y tomo su mano, para tirar de ella en la cama conmigo, pero sus acciones me sorprenden un poco; tan pronto como ella ve lo que estoy tratando de hacer, ella coloca su rodilla izquierda justo a m lado y lanza su pierna derecha por encima de mi estómago, deteniéndome. No estoy seguro de si eso fue una idea buena o mala.

“¿Es esto lo que querías?” Ella pregunta, pero supongo que mi sonrisa eufórica es suficiente respuesta para ella. Me siento un poco, tirándola accidentalmente conmigo y haciéndola sentarse plana encima de mí, en lugar de apoyarse a sí misma en sus rodillas. Bueno, eso seguramente no fue una buena idea.

Jesucristo, te juro que no te ves tan pesada como te sientes”, exhalo, a través de una pequeña risa; tal vez si hubiera esperado que ella iba a poner todo su peso sobre mí yo no habría estado tan sorprendido. Ahora estoy sorprendido y sin aliento. “¿Cuánto pesas?”

Freya frunce los labios, mirando alrededor de la habitación durante unos segundos. Sólo puedo esperar a que ella no se haya tomado mi pregunta como una ofensa. “Tenía ciento cuarenta libras (1) la semana pasada.”

¿Ciento cuarenta? ¿A dónde va todo ese peso? Ciertamente no a sus piernas, sus piernas son tan flacas como mis brazos. “Yo peso ciento cuarenta y cinco libras (2), pero es todo grasa.”

Ella se ríe de mis palabras, sus ojos se arrugan. “Apenas y tienes nada de grasa, Niall,” ella señala y agarra la cabecera detrás de mi cabeza para volver a acomodarse a sí misma, por lo que está de rodillas otra vez. Su posición está haciendo más fácil para mis ojos vagar – me está empezando a gustar esto. “Estoy bastante ligero, por lo que no puedo ser tan musculosa. Pero sigo siendo todo músculos, incluso con mi peso. Culpa de mi entrenador.”

Intrepid || n.h. au || EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora